Los retablos de la Parroquia de San José, de alrededor de siete metros de altura, son obras sacras que datan del siglo XVII y XVIII
Cinco retablos y varias piezas de arte sacro de la parroquia de San José, de la capital del estado, no han recibido mantenimiento por más de 20 años, por lo que la polilla los está dañando en un 70 por ciento, lo cual se acentuó con las afectaciones ocasionadas por los sismos de septiembre de 2017.
El párroco Marco Antonio Padilla Aguilar, responsable de la parroquia dijo que urgen acciones de fumigación, para evitar mayores afectaciones y preservar las piezas de arte sacro.
Explicó que los retablos de la Parroquia de San José, de alrededor de siete metros de altura, son obras sacras que datan del siglo XVII y XVIII, que “por los estudios realizados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se descuidaron las imágenes y los retablos hace 20 años, de no tener atención las imágenes y retablos”.
Añadió que, desde el temblor que se registró el 19 de septiembre de 2017, tanto en el inmueble, como en las piezas de arte que se resguardan al interior de la parroquia, se han acentuado los deterioros, debido a la humedad y a la deficiente ventilación.
“Por el hecho de que está cerrado el templo y no tiene ventilación, lógico que algunos murales han sufrido deterioros por la misma humedad, los retablos ya de por sí tenían polilla, desde antes del sismo se tenían que haber reparado y no se hizo a tiempo, pero ahora se ha incrementado por lógica, estos animalitos de la polilla se han incrementado”.
Pese a que los trabajos de fumigación son urgentes, detalló que es personal del INAH quien determina los tiempos “ellos van diciendo ahorita esto, lo otro, etcétera, estamos al tenor que nos digan ellos”.
El inmueble debe permanecer hermetizado hasta que se reparen las grietas, por lo que de momento no se podrá realizar la fumigación.
Padilla Aguilar detalló que se cuenta ya con el diagnóstico de una especialista, derivado del cual, “tenemos un diagnóstico de una restauradora, que nos dice que es urgente, no es que haber cuándo, desde el año pasado, ella nos hizo la ficha y el proyecto de cómo podemos fumigar” detalló.
El párroco precisó que se encuentran en gestiones a efecto cubrir los gastos de fumigación que ascienden a cerca de un millón 500 mil pesos, por lo que se tienen acercamientos con personal de la Secretaría de Gobierno a efecto de cubrir los costos.
El inmueble requiere diversos trabajos de mantenimiento, como la renovación de la pintura, "en el pasado ha faltado comunicación y coordinación con personal del INAH para atender las necesidades de mantenimiento".
“Los párrocos en su momento hacían la solicitud, los de INAH decían espérense, los párrocos hacían algo y le venían a parar la obra; por ejemplo, el caso del portón, que se mandó reparar y vinieron los de INAH y lo detuvieron, como que no había mucha comunicación, los mismos feligreses veían que algo estaba mal e hicieron trabajos que en vez de que ayudaran, no fueron asesorados por INAH y eso ha generado todo este deterioro”.
Por tal razón, dijo que en lo posterior se realizarán bitácoras, que el párroco debe llevar muy apegado a los señalamientos del INAH para ir reparando los daños que más se pueda.
“Esa bitácora va a estar observada por INAH y por nosotros los párrocos; para que vayamos, tanto ellos como nosotros, viendo algún deterioro e inmediatamente se comunique, se revise y que este templo se mantenga” detalló.
Padilla Aguilar resaltó que la feligresía está dispuesta a apoyar para coadyuvar en estos trabajos “tenemos un Consejo Parroquial que está al pendiente, se va a formar un patronato para que este más apegado a todo lo que son los inmuebles, porque sí se necesita que la gente se involucre más”.