Para el Consejo Agrario Permanente (CAP) las Brigadas Cuídate, implementadas por el gobierno del estado ante la pandemia por Covid-19, sólo han servido para “maquillar números” y sacar estadísticas, pero su estrategia ha fallado, porque no se ha atendido adecuadamente a los sectores más vulnerables, entre ellos, los campesinos.

José Isabel Juárez Torres, dirigente del CAP, junto con otros líderes campesinos, señaló que nos 300 campesinos que forman parte de estas organizaciones han fallecido a causa de la pandemia, porque no han tenido la atención médica necesaria por parte de la Secretaría de Salud, ni los recursos económicos para atenderse por medios particulares.

Dijo que entre las organizaciones que más han perdido integrantes son la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (Unorca) y la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac), “sí le puedo decir que ha habido mucho daño en la gente de las comunidades por el efecto de la pandemia, porque es gente que, a veces, no tiene ni siquiera para ir al médico y cómo puede se salva o trata de atenderse”.

“He visto las Brigadas Cuídate que llegan a las comunidades, pero es necesario que ubiquen a las personas contagiadas, las cuiden y cuiden los núcleos familiares, pues donde se enferma el papá se enferma el hijo, la esposa, los familiares y ellos van a contagiar a más personas”, añadió.

Juárez Torres dijo que la deficiencia de las Brigadas es que “sólo las localizan y les preguntan, por teléfono, cómo están usted y si tienen los síntomas, les contestan que les van a mandar medicamento, pero que no los pueden ir a ver porque se van a contagiar, entonces esas brigadas sólo son para saber cuántos están contagiados y ni siquiera van a todos los lugares, está fallando su estrategia, deben estar más en el terreno de los hechos”.

José Isabel Juárez narró su propia experiencia, ya que él, su esposa, su hijo y su nuera dieron positivo, además de que dos de sus familiares cercanos fallecieron, “en la etapa que nosotros estuvimos mal, no nos dieron seguimiento, yo les dije quiénes eran mis familiares y nunca acudieron a vigilarlos, no los culpo, pero hubo 2 decesos en la línea de mi familia que tal vez pudieron corregirse, pero no lo hicieron”.

Reiteró que, a parecer, las brigadas sólo se hicieron para maquillar números y para que el gobierno diga que sí está atendiendo la contingencia, “he visto que llegan allá en camionetas rotuladas de las brigadas, pero van dos personas y sólo checan por teléfono a quienes presentan síntomas”.

“Por ejemplo, la prueba que le hicieron a mi esposa no se la dieron, sólo le hablaron por teléfono y le dijeron que sí era positivo, cuando les pedimos la prueba le dijeron que se perdió, nosotros logramos recuperarla, pero no a través de ellos porque buscamos otro mecanismo… después a través de dependencias federales me enviaron a personal del ISSSTE para tomarme la prueba y ahí es donde vieron que también estaba contagiado mi hijo y mi nuera contagiados”, añadió.

Agregó que él tuvo que comprar los medicamentos, “una receta del tratamiento TNR4 que recomienda la SESA nos costó entre mil 500 y mil 700 pesos, pero para los campesinos que no tienen esos recursos, el riesgo es mayor y por eso mueren, no tienen oportunidad de comprarse las medicinas o de alquilar un tanque de oxígeno, lo cual para esta enfermedad es vital”, agregó.