Pandemia de Covid-19, la primera en tiempo real; lo importante es lo que sigue: catedrático de UAT
Carmen González Altamirano
agendatlaxcala
984 lecturas | 0 comentarios
El profesor de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), Antonio Mateos Castro, a través de una video cápsula reflexiona en torno a la pandemia de Covid-19, que no ha sido la primera que azota a la humanidad, pero sí la primera de la historia humana “que podemos seguir en tiempo real, se siguen todas las cifras todo el tiempo”.
En su colaboración señala que el coronavirus dejó de ser una simple palabra grave venida de China, para convertirse en un acontecimiento “que nos muestra cuán frágiles somos como humanidad, pero también muestra las contradicciones económicas, políticas y sociales de los estados nacionales y su gobernabilidad, por eso como académicos, no podemos dejar de problematizar la situación, no en sí misma, sino lo que está alrededor de ella”.
Dijo que esta crisis ha puesto en entredicho los principios y paradigmas sobre los que la civilización moderna occidental se ha sustentado: su política, su economía, su ciencia, su moral, su justicia, su literatura, su filosofía, en suma, su humanidad”.
Menciona que el virus ha desconcertado a los distintos gobiernos del mundo, quienes han tratado de responder a una situación para la cual no estaban preparados, “podemos decir que van actuando como pueden y no como hubiera podido ser la mejor manera”.
Los gobiernos van buscando posibles soluciones y los diferentes sistemas de salud públicos de todos los países se han desbordado, sus políticas públicas no han menguado el esparcimiento del virus de manera eficiente, situación que seguramente alcanzará a México “y veremos si las decisiones que se ha tomado fueron las suficientes, las mejores o en tiempo y forma, no sé si seremos más sanos, pero sí sé que seremos menos”.
En ese marco, refiere que, desde las ciencias sociales y humanidades hay múltiples voces que se han levantado y han hecho diversas interpretaciones sobre la crisis sanitaria que padece el mundo, lo cual muestra que la ciencia, por sí misma, es insuficiente para explicar las problemáticas y la compleja dimensión humana.
“La ciencia siempre necesitará de las ciencias sociales, las humanidades y la filosofía, en la medida en que éstas nos ayudan a comprender quiénes somos y a comprender el complejo mundo que habitamos y las relaciones que establecemos con él, entre nosotros y con nosotros mismos… estas disciplinas permitirían fundamentar los procedimientos y las decisiones a tomar en caso de que nuestro sistema de salud se vea rebasado, desafortunadamente pasará”, añade.
Indica que no sólo los criterios médicos, técnicos y científicos son suficientes para tomar decisiones para salvar vidas y buscar el llamado bien común, por lo que también deben tomar en cuenta los postulados antropológicos, psicológicos, sociológicos y filosóficos.
Por lo que las ciencias sociales y las humanidades son y serán herramientas para tiempos coyunturales como el actual, porque las pandemias no sólo son fenómenos biológicos, también tiene consecuencias sociales y humanas de manera concreta.
A través de estas ciencias se puede ver cómo la pobreza la desigualdad social, las actitudes y los valores que sustentan la cultura de los pueblos son las más de las veces una barrera para que se concreten las medidas preventivas.
“Habitar la pandemia, la crisis, los cuerpos en este momento nos lleva a reconocer discutir y exigir socialmente y políticamente la importancia que tiene la salud pública de nuestros países, su funcionalidad, eficiencia e inversión que hay en ello, a la capacitación de los profesionales de la salud y a la investigación científica, discutir públicamente los problemas que ello trae”, menciona.
La pandemia también tendría que llevar a replantear, desde las ciencias humanas, las categorías del mundo humano moderno, como la soberanía, gobierno, ciudadanía, individuo, igualdad, derecho y revisar también, de manera más inmediata, los hábitos alimenticios, de higiene “y nuestras relaciones humanas con nosotros” y se cuestiona, “¿tendremos más libertad, seremos más buenos, más solidarios, más humanidad?, el peligro más grande que existe no es el virus, somos nosotros, porque el peligro y el riesgo que viene es que nosotros sigamos haciendo lo mismo de siempre, regresar a la rutina”.
Mientras llegue la vacuna, recurramos a la higiene, el aislamiento, que no aseguran la inmunidad, pero se han asumido, mal que bien, con voluntad desde la sociedad y los gobiernos como una estrategia moral y responsable, tales acciones harán más lento el esparcimiento del coronavirus, pero no lo curará, aunque el ordenar el encierro de la población ha sido una difícil decisión, entre cuidar la salud y la economía, entre atentar contra los derechos individuales y actuar para salvaguardar el bien común.
“Se han suspendido derechos fundamentales, por eso vivimos un estado de emergencia, de sitio, por eso lo más importante es lo que sigue, si se tomaron las medidas en tiempo y forma, si fueron las mejores y más eficientes, cómo podremos seguir con nuestras vidas, qué se debe cambiar, que aprendimos de la experiencia que esto dejó”, finalizó.
Te podría interesar...
- — 07:33:09 pm
- — 06:06:20 pm
- — 05:30:12 pm
- — 04:59:25 pm
- — 04:41:50 pm
- — 03:28:54 pm
- — 03:02:04 pm
- — 02:40:18 pm
- — 02:01:59 pm
- — 01:55:44 pm