Lo que Morena debe aprender del PRI

Los peores presagios se cumplieron y hoy Morena se muestra como un partido que reproduce esquemas que presume superar y, peor aún, que no tiene la capacidad de operar para evitar las inconformidades que los puede llevar a la derrota en la que se dice que es la madre de todas las elecciones, pese a que este escenario se vio venir una y otra vez.

Aunque hay quienes dicen que las muestras de inconformidad de Dulce Silva y Ana Lilia Rivera que tronaron este miércoles con una designación más que esperada, son sólo intentos de negociar espacios y obtener beneficios, lo cierto es que los ataques y las inconformidades de los aspirantes a la gubernatura desgastan a Morena y le restan credibilidad ante quienes pudieron ver en él una opción, lo cual lo debilita.

Además, deja al partido desnudo en su falta de capacidad para establecer un liderazgo que permita la unidad ante todo anteponiendo los intereses de grupo más que los particulares.

Y es que para nadie es un secreto que el partido lleva meses a la deriva en Tlaxcala y ha faltado una dirección que opere para evitar la división y la inconformidad tras la designación de la candidata a la gobernatura que a todas luces era una prueba de fuego.

Y aunque para muchos no hubo sorpresas, el problema no fue la designación, sino la forma de realizarla.

En esto de aprender a hacer política, los morenistas deberían ver a los priistas que parece que aprendieron la lección y les están dando cátedra de cómo manejar las designaciones sin que eso signifique que la división hunda el barco.

Dicen los que saben que en el tricolor aunque algunos se quedaron y se quedarán con las ganas, a diferencia de lo que se percibe en Morena, en el tricolor existe operación política para sanar heridas, cosa que en sus opositores no parece existir hasta el momento, pensando que la sola instrucción y el peso que tiene el partido en esta elección eran suficiente para que todos acataran

Se quiera o no, las inconformidades son una muestra que la ahora candidata no tiene arraigo entre los militantes de Morena y que le es difícil desmarcarse de su pasado priista.

Esperemos a ver si es que su paso por el PRI le dejó la enseñanza a Lorena para aplicar la misma técnica que sus ex correligionarios y logra sanar las heridas que hay.

Al tiempo.