Como presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno ha perdido en tres años 10 gubernaturas. En ese contexto, su partido enfrentará los comicios de 2023, en los que estarán en disputa los dos únicos estados que le quedan (Coahuila y Edomex), y la negociación para la candidatura presidencial en 2024.

Durante la gestión de Alito, los principales liderazgos priistas han sido noqueados en sus estados de origen: el propio Moreno perdió Campeche de la mano de su sobrino, Christian Castro Bello; su secretaria general, Carolina Viggiano, que contendió como abanderada de PAN, PRI y PRD, no pudo mantener Hidalgo y ni el presidente de la Fundación Colosio, José Murat, y su hijo, Alejandro, gobernador de Oaxaca, metieron las manos por su territorio.

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