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Martes 25 de octubre, 2022.

Otra cara de la violencia de género: La violencia vicaria

Día Naranja columna por Olivia Araceli Aguilar Hernández

Olivia Araceli Aguilar Hernández | agendatlaxcala | 1911 lecturas | 0 comentarios

Otra cara de la violencia de género: La violencia vicaria

En esta entrega, correspondiente al mes de octubre, quiero referirme a una situación que seguramente usted como lector (a) irá reconociendo conforme se desarrolla la columna, y es que tenemos tan naturalizada la violencia hacia las mujeres que se constituye una situación de todos los días, es más, la observamos con mayor frecuencia en redes sociales, y puede ocasionar tal nivel de involucramiento que se sucumbe ante la necesidad apremiante de opinar y comentar. 

Quiero iniciar refiriéndome a la significación de la violencia vicaria, constituye un tipo de violencia que generalmente se da en la pareja, ya que el abuso o agresión tiene lugar entre dos personas que tienen o habían tenido una relación, su característica principal y lo que la distingue de otros tipos de violencia de género es que el maltratador sea hombre o mujer busca causar el máximo daño, utilizando para este fin a sus hijas o hijos. Es importante aclarar que me referiré a la violencia que afecta a las mujeres. 

La psicóloga argentina, Sonia Vaccaro, configuró el término para hacer visible un tipo de violencia ejercida por los maltratadores como instrumento para causar daño, utilizando a los hijos o bien descendientes en común, es tan extrema que los agresores pueden llegar a terminar con la vida de sus hijos para dañar. La violencia vicaria viene acompañada siempre de otros tipos de violencia, como la psicológica, física, económica, patrimonial y sexual, es considerada por diversos expertos en violencia de género y victimología como un tipo de violencia instrumental al atentar contra la integridad emocional de la persona afectada.

Regularmente sobreviene cuando hay una inminente ruptura del vínculo de entre dos personas que tienen o habían tenido una relación de pareja, aunque no siempre se reconoce que esto es motivado por situaciones de violencia previa. Ocurre cuando sobreviene la espiral de violencia, regularmente ya hubo otros episodios de violencia en un lapso de tiempo prolongado. Cuando la mujer decide denunciar y/o acabar con las situación, llegan las amenazas y sus cumplimiento.

            Ahora bien, para poder entenderla me parece importante realizar una especie de descripción y decir como es la violencia vicaria.

  • Se convierte en un mecanismo de presión para obligar a la pareja y/o expareja a no abandonar el vínculo.
  • Es aquella violencia que se ejerce sobre los hijos para herir y lastimar. 
  • Es una violencia secundaria a la víctima principal.
  • Es en este caso a la mujer a la que se quiere dañar y el daño se hace a través de terceros. 
  • Debilitan a las mujeres a tal grado que propician el abandono de redes de apoyo como pueden ser familiares, amigas, compañeras, provocando dificultades de todo tipo.
  • No debe estudiar, no debe trabajar, solo debe estar dedicada al cuidado de los hijos, y a parte en muchos casos solventar la manutención.
  • El agresor sabe que este tipo de daño asegura que la mujer no se recupere jamás, reconoce que sostiene poder sobre los hijos y los utiliza como objeto para instrumentar el maltrato y la violencia.
  • Se responsabiliza a la mujer como cuidadora universal de los menores, se les acusa de omisas en la atención de los hijos, juzgando a partir de lo que se considera “ser una buena madre”. Cuando la responsabilidad es de ambos. 
  • La intención no es ejercer una paternidad responsable, se instrumenta con el fin ultimo de lastimar, aun cuando sean omisos en la manutención y cuidados de los hijos.
  • Los agresores cuentan con las complicidades de familiares, principalmente otras mujeres y gozan del encubrimiento en los ámbitos donde se desenvuelven, hasta de la comunidad. 
  • Es muy común identificar como en estas actitudes se hacen visibles los pactos patriarcales con otros hombres y mujeres de su contexto y hasta la misma autoridad.
  • Desde su postura de privilegio y de poder dentro de las estructuras familiares los agresores saben que cuentan incondicionalmente con cuidadoras principalmente mujeres (madre, hermanas, actual pareja).
  • El agresor emplea diversas estrategias para influir en los pensamientos y emociones de sus hijos con la finalidad de dañar a la pareja o expareja.
  • El agresor se asegura que va a destruir totalmente a la otra persona, que va a tener que vivir con la ausencia de sus hijos y con la carga emocional de haber sido responsable de ese hecho.
  • El objetivo que persigue el agresor es provocar daño indirecto ocasionando en la pareja o expareja una «tortura mental» y el «vivir con el miedo y terror» provocan terribles consecuencias psicológicas, difícilmente reversibles.

Quiero continuar señalando que el impacto personal y social que involucra la violencia vicaria es enorme y multidimensional, sobre todo en lo que la víctima ha experimentado, ha perdido o ha dejado de hacer de su proyecto de vida por la condición que experimentan.

Desde mi punto de vista es muy importante aclarar que las mujeres no son ni deben ser responsabilizadas de la fractura familiar, se tiene que evitar el deterioro de los vínculos cuando estos son acordes con la dignidad humana, cuando hay violencia de género el camino punitivo no es la mejor opción para todas las personas, es necesario que se instaure la justicia restaurativa a las víctimas en casos de violencia de género y en la medida en que esta sea realizable.

La especialista en  victimología Geru Aparicio Aviña, considera que las medidas punitivas terminan con el rompimiento del tejido social, debido a que el impacto y castigo del delito de género impacta no sólo a todo el sistema familiar, sino incluso a las generaciones posteriores. El daño a las mujeres impacta comunitariamente; por ello, es importante que la reparación incluya a todas las partes involucradas.

Es dentro de la estructura patriarcal y de privilegio donde la violencia vicaria se va gestando, no surge de un momento a otro. No existe un modelo o perfil de agresor con respecto a los varones que ejercen violencia en el ámbito de la pareja, no constituyen un grupo homogéneo, existen diferentes perfiles de maltratadores, por lo que es muy importante trabajar en la deconstrucción de la masculinidad hegemónica y diseñar políticas públicas dirigidas a los hombres para reconocer y trabajar sus violencias.