Pese a que el alcalde Jorge Corichi presumió que las patrullas rentadas mejorarían la seguridad, la realidad es que los ciudadanos de la capital de Tlaxcala son víctimas de robos y asaltos que no sólo afectan su patrimonio, sino que ponen en riesgo su vida, como el robo ocurrido a un negocio este fin de semana en la comunidad de San Esteban Tizatlán.

Y es que un negocio de antojitos mexicanos denominado "Palapa", ubicado por la capilla de los Niños Mártires, los dueños se encontraban atendiendo, cuando fueron asaltados por cuatro hombres que portaban arma de fuego y navajas y los acompañaba una mujer.

Armados con arma de fuego, los delincuentes encañanaron al dueño del negocio y a la señora ya de edad avanzada la amagaron con navaja y a otro persona la tiraron al suelo.

La mujer que acompañaba a los delincuentes fue la que despejó de sus pertenencias a las personas que se encontraban atendiendo el negocio y se llevó la caja del dinero.

Antes de irse los delincuentes maniataron a sus víctimas y bajaron la cortina para no generar sospechas.

En cuanto se fueron los asaltantes, como pudieron las víctimas se desamarraron y salieron para pedir ayuda y en ese momento se percataron que también se llevaban su vehiculo, al momento pasaba una patrulla de la policía municipal a quien le explicaron lo sucedido, sin embargo, los oficiales no les hicieron mayor caso y se retiraron del lugar.

Más tarde llegó una patrulla de la policía estatal que intentó perseguir al carro en el que huyeron propiedad del dueño del negocio, pero no lograron detenerlos y la policía ministerial dice que no puede hacer nada.

Los denunciantes señalaron que de acuerdo a datos de que disponen, las personas relacionadas con estos hechos se encontrarían involucradas en investigaciones por robo en otras carpetas y que están plenamente identificados, sin embargo, la policía de investigación a cargo de la Procuraduría General de Justicia del estado, se niega a actuar en su contra y por eso operan con toda impunidad.