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Domingo 05 de noviembre, 2023.

El Pueblo. Elemento Fundamental en el Discurso Político

Desde La Sociología columna por Luis Pérez Cruz

Luis Pérez Cruz | agendatlaxcala | 2703 lecturas | 0 comentarios

El Pueblo. Elemento Fundamental en el Discurso Político

La oposición al gobierno de López Obrador entendió que el concepto pueblo debía de incluirse en su discurso, ya que fue esencial en el proceso electoral de 2018, inclusive su abanderada, Xochitl Gálvez, construye su discurso en función de su origen étnico y humilde, además de la utilización de un lenguaje común y una actitud desprendida. Por ello realizamos estas reflexiones.

Jules Michelet, un inquieto escritor de mediados del siglo XIX escribe una obra que llamó El pueblo, la cual está fechada en 1864; a esta obra, su autor le imprime una inclinación profunda se sentimiento y de fe en el pueblo como agente del cambio en plena Revolución industrial.

            Cuando Michelet se refiere al pueblo, lo hace a través de ideas como el trabajo arduo, la humildad y el sacrificio, entendiendo está ultima como una virtud propia de esa clase. De igual manera asocia al pueblo con el trabajo manual y, con lo que muchos escritores de su época, con lo desagradable y la suciedad. En contraste, nuestro filósofo francés insiste en las bondades de ser pueblo, donde encuentra solidaridades y la construcción de un sufrimiento que permitirá contar con una identidad de grupo.

            Agrega Michelet que una característica del pueblo y que se toma, por muchos, como un defecto, es para él sentimientos invaluables, se le considera al pueblo, como una clase poco previsora, que sigue el instinto de la bondad, el impulso ciego del corazón, porque no mide las consecuencias que acarrea esta actitud; agregando también la abnegación, sacrificio infatigable y el trabajo incansable por la familia.

            Por otra parte, encontramos, sobre todo en la historia moderna y contemporánea, la asociación de las rebeliones con las aspiraciones profundas de los pueblos y la necesidad de comprender que sus intereses son los de las mayorías y los oprimidos en sociedades desiguales.

             Por otra parte, también vemos que permea en el pensamiento de los siglos XIX y XX una especie de espíritu que recorre a los pueblos, entendiendo que estos forman parte del todo nacional y que hay procesos que influyen de manera determinante, es el caso de la soberanía popular.

            El pueblo, para el siglo XIX es una nueva clase no ligada a la tradición de la nobleza ni del clero, representó una nueva fuerza que luchó por nuevas cosas, no exclusivamente pretendía representar los intereses de una nueva clase, sino a todo el pueblo, encontrando su expresión máxima en las luchas políticas y económicas de la historia contemporánea.

            Para regiones como las colonias españolas en América, el pueblo formó parte de un discurso libertario, por ello el fracaso de los intentos independentistas que pretendían mantener un sistema político profundamente centralista, los discursos liberales se orientaban al ejercicio de la soberanía del pueblo.

            En estos momentos, vemos como el uso del término pueblo se hace en sus más profundos sentimientos vitales y sus aspiraciones; el pueblo es una idea-fuerza que recorre las sociedades, pero en nuestra realidad vemos que les incomoda referirse al pueblo, hablan del ciudadano, de la gente, del mexicano; buscan el voto del elector, no del pueblo. 

En este momento político complejo, donde se avecinan cambios, no sabemos en qué sentido, a muchos actores políticos les cuesta referirse al pueblo, les causa temor y mucha desconfianza, prefieren enfrascarse en debates huecos, en discursos triunfalistas y acusaciones. Mientras hay quien usa discursivamente al concepto pueblo y avanza en el terreno político.

En este sentido, Michelet es recuperado, sobre todo cuando dice “De ello he guardado, sobre todo, un sentido profundo de lo que es el pueblo, y un conocimiento del tesoro que posee: la virtud del sacrificio, el suave recuerdo de aquellas almas de oro que conocí en las humildes condiciones”. No cabe duda que hay profundo contenido religioso y retórico.