Es urgente la generación de protocolos, programas y capacitación de profesionales de salud que permitan identificar la patología
La depresión afecta a alrededor de 27.4 por ciento de los adultos mayores, según un estudio publicado en 2020 sobre quienes reciben servicio médico por parte de las instituciones de seguridad social en el país, de los cuales el 96.8 por ciento, no reciben tratamiento para esta enfermedad.
En México, estudios reportan que este es el trastorno afectivo más frecuente en personas mayores de 60 años, esto es en un 15 a 20 por ciento, en la población ambulatoria, incrementándose hasta en 25 a 40 por ciento en la hospitalizada, según datos del Instituto Nacional de Personas Adultas Mayores (Inapam).
Mientras que un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y el Centro de Investigación Sobre Enfermedades Infecciosas (CISEI), titulado "Frecuencia de sintomatología depresiva y tratamiento en adultos mayores con acceso a servicios de salud", publicado en 2020, obtuvieron una cobertura del 88.5 por ciento de la población de adultos mayores.
En este estudio la prevalencia de depresión en los adultos mayores fue del 27.4 por ciento, de este porcentaje el 96.8 por ciento, no reciben tratamiento, además el 18.9 por ciento presenta dependencia funcional, mientras que el 16.2 por ciento deterioro cognoscitivo y el 7.4 por ciento ha sufrido al menos una caída con lesiones y solo el 11.2 por ciento del total de enfermos fue diagnosticado en su clínica.
Tanto el Inapam como los investigadores del estudio sobre frecuencia de sintomatología depresiva en adultos mayores, coinciden en qué es urgente la generación de protocolos, programas y capacitación de profesionales de salud que permitan identificar la patología y atender de manera integral a dicho grupo etario.
Además de la prevención y atención de las enfermedades crónicas que acompañan a la vejez, como los problemas mentales, neurales y las causadas por abuso de sustancias psicotrópicas.
Por su parte, el Inapam explica que las personas mayores con depresión tienen un desempeño más deficiente en comparación con las que padecen enfermedades crónicas como las enfermedades pulmonares, hipertensión arterial o diabetes.
Además de que este trastorno también aumenta la percepción de tener mala salud, la utilización de los servicios médicos y los costos de la asistencia sanitaria.
Por lo que aseguran es importante que los prestadores de asistencia sanitaria y la sociedad en su conjunto presten atención a las necesidades especiales de los adultos de edad mayor, mediante las medidas antes mencionadas.