Columna por Andrea Morales
• La imagen urbana de muchos municipios se deteriora mientras el descuido y la falta de acción se convierten en las verdaderas marcas del final de sus gobiernos.
Casi al cierre de la administración municipal, se debería esperar un último esfuerzo por parte de las autoridades salientes para dejar un legado positivo. Sin embargo, la realidad en muchos municipios de nuestro estado muestra un desalentador abandono de los servicios básicos.
La indiferencia de las autoridades que prometieron trabajar hasta el último día de su mandato es palpable, y este abandono refleja una falta de compromiso con la ciudadanía que no puede ser ignorada.
Por otro lado, existen casos ejemplares que demuestran que el compromiso con la ciudadanía puede mantenerse hasta el último día. Huamantla es un ejemplo de ello. En este municipio, el gobierno saliente sigue atendiendo los servicios públicos con la misma diligencia que al inicio de su mandato.
Contrario a otros lugares, el mantenimiento de las áreas verdes es continuo, la recolección de basura se realiza de manera eficiente y los apoyos y obras continúan como se prometió. Este tipo de compromiso subraya la diferencia entre los gobiernos que simplemente cumplen un trámite y aquellos que buscan generar un impacto real y duradero en sus municipios.
La lección que podemos extraer de esta experiencia es clara: el verdadero liderazgo se mide por la capacidad de mantener el compromiso y la responsabilidad hasta el final. Las autoridades que se toman en serio su rol no sólo dejan un legado de obras y mejoras tangibles, sino que también demuestran respeto por los ciudadanos que confiaron en ellos. Lo que se convierte en una evidencia de qué la continuidad será benéfica para Huamantla.