Desde la Sociología columna por Ángela Barrientos
30 días en la clínica 8 del IMSS constituye la experiencia de Ángela que, por un fuerte dolor en la espalda llegó a urgencias de la clínica 8, a partir de ese momento comienza su calvario y quedo internada momentáneamente, durante tres días en una camilla en urgencias, mientras estudiaban su caso, sin considerar las condiciones en que se encontraban aproximadamente 8 personas más; cabe señalar que el intenso dolor no ha disminuido después de mes y medio y ya dada de alta.
El resultado de los primeros estudios revelaron una infección en los riñones, teniendo como consecuencia prolongar, a decir de Ángela, mi estadía hospitalaria por 25 días. Con esta experiencia, nos dimos cuenta que había problemas profundos en el IMSS. La pregunta central es ¿Cómo llegamos a este punto de inflexión en una institución de salud que fue fundamental en el México de la segunda mitad del siglo XX?
Decimos lo anterior porque se construyó toda una visión optimista de que atender la salud de los mexicanos era vital para propiciar el desarrollo del país; entonces se crea toda una simbología basada en el elementos constitutivos de la mexicanidad e identidad nacional; el emblema del IMSS fue creado por el pintor, muralista y escultor Federico Cantú (1907-1989), el mismo se trata de “una madre con el niño en los brazos representando al pueblo de México”, a quienes la patria, simbolizada por el águila, protege, ya que ellos “son lo más sagrado de su esencia”. Para el artista, el conjunto que forman evoca la seguridad social, “pues nadie dará mayor cuidado y protección que una madre a su hijo”. Todo con una fuerte acepción humanista.
Por otra parte, el contexto en que surge es justificable porque México transita hacia la estabilidad política y económica, después de superar el periodo revolucionario; este contexto de cambio se caracterizó por la fundación de instituciones en los diferentes ámbitos de la vida pública.
Ahora bien, hubo diversos intentos por crear una ley de seguridad social entre 1924 y 1940, será hasta 1942 cuando comience a concretarse y se sienten las bases de lo que hoy conocemos como el IMSS; desafortunadamente la población crece de manera aritmética y la infraestructura se estanca, llega, hacia la década de 1980, el momento de la saturación y descuido de las autoridades.
El caso que traemos ahora se refiere a una derechohabiente del IMSS, Ángela, que se vio en la necesidad de quedar hospitalizada por casi un mes, sacando a relucir una diversidad de graves problemas, que son evidentes al tener contacto por primera vez en algún hospital de esa institución.
En primer lugar, desde el primer día, según Ángela, se le aplica una venoclisis o suero, compuesta de antibióticos y analgésicos para pasar por vena, procedimiento doloroso en sí mismo, agravado por la falta de profesionalismo y ética del personal de enfermería; señala que al tener venas muy delgadas a la enfermera se le complicaba la canalización y le dijo lo siguiente “que venas tan delgadas, picamos dos veces y si no le encuentro llamamos a otra enfermera”, llegando a contabilizar hasta siete intentos en diferentes partes de los brazos, convirtiéndose en dolores intensos”, procedimineto que se hacen cada vez que sea necesario reubicar la canalización, nuestra paciente sumó más de treinta piquetes a lo largo de 3 semanas, a ello le agregamos los realizados cuando se mide la glucosa en la yema de los dedos. Esta serie de canalizaciones y mediciones de glucosa merma el ánimo de las personas hospitalizadas.
Ello se debe a un problema sustancial en el IMSS, la corrupción, tanto al interior del sindicato y de la institución misma; donde no es un secreto la venta y herencia de las plazas, abriendo paso a la inoperancia e ineptitud del personal que se contrata.
Por otra parte, el servicio de alimentos, en aras de cuidar la dieta de los enfermos sirven en cada comida sin criterios, higiene y sin supervisión; por ejemplo, el departamento de nutrición no cumple una función de apoyo que permita efectuar con los requerimientos mínimos para beneficio de los pacientes, hubo ocasiones en que el mismo platillo te lo servían en las tres comidas; utilizando en muchas ocasiones las verduras y frutas enlatados. Ello se agrava cuando te sirven el agua sin procesar y con sabor evidente a cloro.