Desde La Sociología Columna Luis Pérez Cruz
Las principales culturas de la antigüedad tienen sus orígenes a orillas de ríos; tenemos a Mesopotamia a orillas del Tigris y Éufrates, Egipto a orillas del Nilo, China junto al río amarillo, además del Ganges e Indo que dieron origen a la cultura Hindú. Sucede algo similar con Tenochtitlan en el lago de Texcoco. El agua en esencial para el desarrollo de las sociedades.
No cabe duda que nos encontramos en un punto de inflexión, donde perdimos la conciencia de lo importante que es el entorno en que vivimos y nos concentramos exclusivamente en nosotros y nuestra existencia, al margen del medio ambiente. La crisis del agua comienza a mostrarnos que los recursos no son inagotables.
Ahora bien, se coincide en señalar que son alrededor de 2 mil millones de personas que sufren escasez de agua en el mundo, lo que representa 15 veces la población de México, esta situación tiende a crecer y se agravará en las siguientes décadas; ante este contexto nuestro país no es la excepción, igual entramos en una crisis, planteada a través de d desde el año 2022; la que paulatinamente adquiere una mayor presencia en los medios de comunicación.
El agua es esencial para la supervivencia, además cumple otras funciones en la sociedad, como sanitaria, social y cultural; por ello es necesario pensar que el “oro azul” es indispensable para el desarrollo de las sociedades.
En el Informe Mundial sobre el Desarrollo de la Recursos Hídricos de 2024 de las Naciones Unidos, el cual ha sido publicado por la UNESCO; se agrega información que nos permite visualizar ampliamente la dimensión y gravedad de la escasez de agua en el mundo.
Ahora bien, resulta importante, dentro del Informe Mundial antes mencionado, destacar que 3500 millones de seres humanos no tienen acceso a servicios adecuados de saneamiento. Ello implicará la agudización de problemas y el surgimiento de otros, de ello seremos testigos en las siguientes décadas.
Como ya señalamos, México no es la excepción, sabemos que más de 35 millones viven con escasez de agua y 43 millones con baja disponibilidad, lo grave es que no existe una política que permita una mejor distribución y un uso responsable y racional del vital líquido. Asimismo, también es importante destacar que, de acuerdo a la UNAM, el 60% de los cuerpos de agua presenta algún grado de contaminación, una importante cantidad de acuíferos están sobreexplotados (como es el caso de los que alimentan al valle de México), lo anterior sin contar con la deforestación acelerada.
Consideramos fundamental iniciar una política integral para enfrentar el problema de la escasez del agua en México; lo primero es atender el desabasto, pero también comprender la diversidad de causas de la falta de agua; por ejemplo, resulta innegable el cambio climático, generado esencialmente por la actividad humana, el aumento sostenido de la población y la desforestación, entre muchos otros.
Resulta necesario hacer conciencia de que el agua es parte de nuestro entorno y su cuidado implicará en el desarrollo de las sociedades, pero ello no será posible ante una desigualdad social en crecimiento, el reflejo de ello lo vemos cuando a mayor pobreza más escasez de agua.
Para concluir, escuche hace un par de días a un candidato a la presidencia municipal de Tlaxcala que nuestra entidad no padecía de escasez de agua; creo que es necesario considerar lo siguiente: “no dejemos que el destino nos alcance”. No debemos reducir la política sobre el agua a su extracción, sino de manera integral.