Su ascenso ha sorprendido a políticos de la vieja escuela para posicionarse como la opción de un relevo generacional
Nadie daba un peso por él y ahora está a un paso del triunfo. Así ha sido la campaña de Rodrigo Cuahutle Salazar.
Aunque era prácticamente un desconocido, Rodrigo Cuahutle se ha posicionado como la opción de un relevo generacional entre la clase política y de aquellos que están en contra de las imposiciones y la reelección, para mostrar que hay opciones de ejercer un voto en función de la persona y no por el partido o la marca política.
Su estrategia se dividió en dos: una campaña a ras de tierra y el contacto cercano con la gente con un discurso político efectivo que logra una comunicación efectiva.
Con este panorama y en términos políticos, Rodrigo Cuahutle ha sido la sorpresa de este proceso electoral, al grado en que las encuestas lo posicionan cerca de la victoria, pues ha ganado simpatía, respaldo y adeptos, incluso con militantes y liderazgos de todos los colores políticos que se dicen hartos de imposiciones y de las viejas formas de hacer política.
Su ascenso ha sorprendido a un ex secretario de gobierno y una ex magistrada y ex presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Sergio González Hernández y Elsa Cordero Martínez, respectivamente y que decir de la candidata del PRIAN, Anabell Ávalos Zempoalteca quien aún confía en el voto duro de los contados priistas de hueso colorado.
De esta forma, Rodrigo Cuahutle se ubica como el caballo negro de la contienda que no solo alcanzó, sino que rebasó a sus contendientes para pegarse a los releecionistas José Antonio Álvarez Lima y de Ana Lilia Rivera, quienes buscar permanecer en el Senado otros seis años y dejar fuera a nuevas generaciones.
Sin duda que en las elecciones hay sorpresas y Rodrigo Cuahutle ha puesto a temblar a más de uno, pues se ha posicionado con una nueva forma de hacer política y ha mostrado que las jóvenes promesas políticas tienen no solo oportunidad de entrar a la política, sino de hacer las cosas de otra manera y servir al pueblo, sin anteponer sus propios intereses.
Rodrigo Cuahutle se posiciona como la opción de quienes con su voto el dos de junio pueden tomar la opción de dar voz al pueblo y no quedarse en más de lo mismo, promesas que no llegan a buen puerto y una clase política a la que solo se le ve en época de elecciones.