Según medios locales, los que manejaban la operación eran miembros del Cártel de Sinaloa
En las calles que bajan hasta el Puerto de Ingeniero White nadie camina: parece un pueblo fantasma. Apenas se erige una que otra construcción de láminas oxidadas, que en algún momento sirvieron de bodegas. Mientras más caminas, más se hace evidente la soledad de este pueblo ubicado a 650 kilómetros de Buenos Aires, la capital argentina.
A esa zona conocida como partido de Bahía Blanca –a 10 kilómetros de la ciudad del mismo nombre–, los habitantes indígenas la llamaban Tierra del ente maligno —algunos opinarán que ese apelativo se lo tiene bien ganado—: la agresividad con la que soplan los vientos que vienen del océano Atlántico y la Patagonia es inclemente.
Situada al sur de la enorme Provincia de Buenos Aires y a pesar de su relativa lejanía de la capital argentina, el Puerto de Ingeniero White cuenta con una característica especial que convenció a cuatro mexicanos de convertirlo en la base de lanzamiento de una operación de tráfico de drogas internacional.