Alberto Méndez Aguilar

Don Julio y don Joaquín

En la fecha en que el mundo periodístico nacional lamentaba la muerte de Julio Scherer, fundador del semanario Proceso, maestro y guía de notables profesionales de la comunicación, El Noticiero, de Televisa, daba un espacio mayor a las “amenazas” contra su conductor estelar, Joaquín López Dóriga.

No podía ser a la inversa pues en el pasado reciente y aunque Scherer ya no conducía Proceso esta revista fustigó en numerosas ocasiones a Televisa y especialmente a López Dóriga.

El número1779 de Proceso, de diciembre de 2010, le dedica la foto de portada a López Dóriga quien en una pose totalmente circunstancial parece sometido a la presencia del entonces presidente Felipe Calderón. El pretexto fueron los reportes de Televisa, basados en declaraciones ministeriales de un testigo protegido –como se usaba en los tiempos de la presidencia panista- según los cuales Sergio Villarreal “El Grande” había pagado 50 mil dólares por no ser mencionado en los trabajos periodísticos del reportero de Proceso, Ricardo Ravelo.

La confrontación entre los medios fue durísima. En el número citado, el director de la revista, Rafael Rodríguez Castañeda, escribió en el editorial titulado Los lectores, nuestra fuerza: “El poder público requiere consustancialmente de lo que los politólogos llaman medios disponibles. Ambos, poder y medios adláteres, tienen sus propios intereses pero comparten por lo menos uno: la conservación de sus privilegios. Televisa es un medio disponible para el actual gobierno. No es el único; sí es el más poderoso y servicial”.

Proceso establecía así que las notas divulgadas por la televisora provenían del gobierno calderonista, ése sí, incómodo por los reportajes de la revista.

Entonces colaborador destacadísimo de Proceso, don Miguel Ángel Granados Chapa se refirió al tema en el número ya citado : “”Proceso es una publicación curtida en su enfrentamiento a los ataques desde el poder. Nació precisamente debido a una agresión desde la Presidencia de la República, que acabó con el diario Excelsior e impulsó a algunos de sus miembros a perseverar en el oficio periodístico a través de este semanario, que hace 34 años, a la par con el asentimiento de sus decenas de miles de lectores, suscita la animadversión de quienes ven aparecer en sus páginas sus malandanzas”.

Decir que Televisa y Proceso son dos escuelas de periodismo sería inexacto y además  condescendiente. La distancia de los medios con los poderes no es lo que los hace mejores o peores pero es una señal decisiva para sus audiencias, es la fuerza real de los medios y lo que explica la supervivencia e influencia de Proceso. En el otro sentido, ni qué decir del éxito económico y la influencia de Televisa  con todo y una larga historia de colaboración con los poderes dominantes.

En ese marco se explica que a la hora de repasar la vida y obra de uno de los maestros históricos del periodismo en México como Julio Scherer, la televisora mejor se fabrique su propio martirologio. López Dóriga, “amenazado” por los temibles dirigentes del PRD, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, advierte que no cejará, pese a todo, de informar a los televidentes. No se sabe si también a los radio escuchas pues el conductor tiene un noticiero de radio a través del Grupo Fórmula.

Los Chuchos, presuntamente por el énfasis de El Noticiero en las notas adversas al perredismo desde su debacle en el estado de Guerrero, llamaron al conductor, a través de twitter, “El Papa Joaquín Primero”, y el “Anticristo de Televisa”. Le reclamaron dar “información falaz” y no conceder derecho de réplica.

López Dóriga tiene experiencia en esto de pelearse con perredistas. Eran los tiempos de los videos con Bejarano y el 8 de  marzo de 2004 sostuvo al aire en su noticiero radiofónico un ríspido diálogo con el entonces subsecretario de Gobierno del Distrito Federal, Martí Batres Guadarrama.

Luego de gritarse, literalmente, con Batres y para sorpresa de quienes escuchábamos al “teacher” perder los papeles, López Dóriga concluyó la entrevista, resoplando: “ … pero pues ahora resulta que a estas alturas de la vida yo me voy a dejar intimidar por Martí Batres. Ni por Martí Batres ni por cien como Martí Batres. . .¡Por favor! “

La noche del pasado miércoles repitió el número. Dijo: “Mi respuesta es que no me van a intimidar, ya soy mayorcito y seguiré informando, aunque a ellos les irrite”.

A Don Julio Scherer lo combatieron hombres del tamaño y el poder de José López Portillo y Carlos Salinas de Gortari, siendo presidentes. A don Joaquín le echan la bronca Los Chuchos.

Como diría el clásico: hasta en el periodismo hay niveles.