*Isidro Sánchez Piedra

¿Centro Cultural Universitario o Centro de Concentración?

En Tlaxcala, como en todos los estados del país existen buenos y malos empresarios, o representantes de instituciones públicas que regularmente cumplen con la normatividad laboral, ya que a sus trabajadores(as) les respetan todos y cada uno de sus derechos,  su jornada laboral de 8 horas por día, y si hay necesidad de horas extras o de trabajar en días inhábiles y días festivos se los pagan conforme la ley laboral lo establece, les otorgan todas sus prestaciones sociales y económicas.

Lamentablemente hay otros empresarios o quienes dirigen instituciones públicas que no se ajustan a las leyes laborales y hacen de los centros de trabajo todo un centro de concentración y explotación laboral; hace muchos años se construyó con cifras millonarias de recursos públicos un Centro Cultural Universitario en la ciudad de Tlaxcala, con capacidad para aproximadamente 1200 personas, donde muy seguido se traen obras y artistas de talla internacional que su participación es millonaria,  que bien por los tlaxcaltecas que aprovechan este tipo de cultura y eventos artísticos, pero lo que no saben es que estos eventos costosísimos pagados con dineros públicos e internacionales, traen como consecuencia una real y burda explotación laboral en contra de los trabajadores a quienes solo les pagan el salario mínimo sin el disfrute de ninguna otra prestación social o económica, obviamente generan contratos de cada tres meses para que sus trabajadores no generar antigüedad ni ningún otro derecho laboral, pero lo más grave es la jornada excesiva e infrahumana exigiéndoles trabajen de 14 y hasta 17 horas cada tercer día, incluso los hacen trabajar sábados y domingos, y días festivos, por el mismo pago de tan solo el salario mínimo, sin considerar jamás el pago de horas extras que en un año son miles de horas sin pago a sus servicios laborales, obviamente a los trabajadores tampoco les dan para gastos de viáticos como de traslados  ni para alimentos, todo es bajo su costo y riesgo, ya que varios trabajadores son de municipios alejados de la ciudad de Tlaxcala, quienes cuando su jornada termina a las 12 de noche o 1 de la madrugada tienen forzosamente que pagar el servicio de hospedaje, alimentación y traslado en taxi pues a esa hora ya no hay servicio público colectivo, y no tiene caso se traslade a su domicilio si a otro día a las 7 de la mañana nuevamente tienen que estar en el centro de trabajo, lo más grave, es que cuando firmaron el contrato se establece una jornada laboral con horario de 7 am a 3 pm de lunes a viernes pero en los hechos tienen hora de entrada pero no de salida, incluso es un secreto a voces que el rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala desea privatizar dicho Centro Cultural con el objetivo de eludir pagar prestaciones económicas y sociales a los trabajadores.

Ya hemos cumplido varios meses conminando a las autoridades universitarias a que depongan esta actitud que violenta flagrantemente derechos laborales de sus trabajadores pero han hecho caso omiso, y en lugar de corregir dichas irregularidades ahora impulsan un ambiente laboral hostil, inseguro y de linchamiento moral en contra de las y los trabajadores inconformes con este tipo de atropellos,  obligándolos incluso a ser mil usos, labores de vigilancia, de intendencia, de mantenimiento, y hasta de pegar carteles publicitarios en diferentes municipios, sin considerar que los trabajadores no tienen conocimientos ni están capacitados para ejercer este tipo de actividades fuera de su perfil académico; y la pregunta obligada ¿Por qué solo en el Centro Cultural Universitario existen estas anomalías, que nadie quiere ver ni resolver? Ya que en el resto de áreas de la Universidad Autónoma de Tlaxcala al parecer no se da este tipo de arbitrariedades, o habría que investigar.

El director del Centro Cultural Universitario delega sus funciones y obligaciones en un Jefe de Grupo, y este por quedar bien se convierte en todo un capataz de horca y cuchillo, es necesario que con urgencia y probidad intervengan las altas autoridades para resolver esta grave problemática dejando siempre a salvo los derechos legítimos de los trabajadores, así como practicar una rigurosa auditoria a diversas áreas de la universidad incluyendo el Centro Culturan Universitario; la Autonomía no es patente de Impunidad, pues la máxima casa de estudios en el estado debería siempre poner el buen ejemplo de respetar siempre nuestras leyes, máxime cuando se trata de respetar los derechos laborales de sus trabajadores, quienes por necesidad prestan sus servicios y hasta han venido tolerando dichos atropellos a sus derechos. La universidad cuenta con albergue, con medios de movilización y cafetería, servicios  que deberían proporcionar en casos extraordinarios a sus trabajadores para evitarles gastos innecesarios, suntuarios y que lesionan gravemente su raquítica economía, cuando los eventos culturales y artísticos terminan a las altas horas de la noche o de madrugada.

Los trabajadores explotados a los que nos referimos, son los de confianza y pago por honorarios, quienes por muchos años no están representados por alguno de los sindicatos existentes en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, y al no estar representados por algún sindicato, estos se encuentran en estado de absoluta indefensión.

*Defensor de Derechos Humanos