*Isidro Sánchez Piedra

El valor de la vida y la dignidad humana

Miles de personas desde que nacen en morada humilde empiezan con su viacrucis y su sufrimiento, pasando desde ese momento frio, hambre, sed y muchas otras necesidades en lo que resta de su vida, y sus familiares sufriendo las 24 horas de los 365 días de cada año por no poderles dar lo indispensable para que subsistan dignamente ya que los ingresos con el paso del tiempo llegaron de mínimo a nada, indudablemente que están condiciones de vida la padecen muchos millones  de familias en nuestro estado, en el país y en el mundo, y la pregunta obligada ¿Si no tienen por ningún medio licito ingresos, como y de que van a vivir?

Ante estas circunstancias es muy difícil disfrutar la vida, pero más doloroso es enterarnos a diario por algunos medios de comunicación que algunas personas son detenidas y remitidas a las cárceles por el supuesto robo de comida y de medicamentos ¿Que todo esto no servirá de reflexión para nuestros supuestos representantes?  ¿Será que nuestros servidores públicos una vez que llegan a ocupar estos cargos se convierten en personas insensibles, indiferentes e inhumanos? Cuantos hombres y mujeres por miles deambulan por dependencias gubernamentales a diario sin obtener ningún resultado, unos piden apoyos sociales, otros piden empleo justamente remunerado, pero existen otros que solo solicitan la coadyuvancia de los servidores públicos de mayor rango hacia los servidores públicos de menor jerarquía con tal de recibir los servicios y derechos que otorgan las leyes de nuestro país, y sabe amable lector cual es el resultado de tanto esfuerzo físico y económico de estas personas, solo el 5% obtienen algún resultado favorable de sus gestiones y trámites ante las dependencias tanto federales, estatales y municipales, porque el resto solo pierden sus miles de horas cada año y sus miles de pesos en gastos de transportación, comida y hospedaje, y todo porque el sistema político mexicano está diseñado para no atender, para no resolver, para no escuchar, para no coadyuvar, para no ayudar, pero si, se perfecciona cada día, sin ninguna justificación para desaparecer, encarcelar, torturar y asesinar a las personas inocentes que solo soñamos en la reconstrucción de un México de oportunidades y una vida mejor para todos, las consecuencias han sido casos tan dolorosos como el asesinado del Líder Agrario Rubén Jaramillo, su esposa embarazada Epifanía Zúñiga y a sus tres hijos pequeños Enrique, Filemón y Ricardo; posteriormente en los años 1968 y 1971 asesinaron a miles de estudiantes universitarios, después el asesinato de Genero Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos de Guerrero, posteriormente el caso de Aguas Blancas, Guerrero, donde asesinaron a miles de campesinos; después la matanza de indígenas en Acteal, Chiapas; la desaparición forzada, encarcelamiento y asesinato de decenas de ejidatarios, del estado de México; la persecución y asesinato de varios integrantes de la familia Mesino de Atoyac, Guerrero; El asesinato de Digna Ochoa y Placido, defensora de derechos humanos de Oaxaca; los 49 niños y niñas de la guardería ABC de Sonora, quienes perdieron la vida calcinados por omisiones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y el hecho más reciente, La Desaparición Forzada, el Secuestro Planeado y el Asesinato con tortura de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, hechos sangrientos que manchan la historia de nuestro país y cancelan las legítimas aspiraciones de millones de mexicanos y mexicanas que anhelamos vivir en un país con Justicia y Dignidad, con Seguridad Pública, con un Empleo de percepciones económicas y sociales que nos permita una vida prospera y digna.

Este sistema político mexicano a pesar de contar con más de una docena de partidos políticos, mismos que se reparten el poder político y económico como si fuera un botín, ya está caduco y solamente está apoyado con billones de dineros públicos que son propiedad de la nación y no del gobierno en turno, y por las bayonetas de hombres y mujeres que deberían de estar al servicio del pueblo y no del gobierno en turno como sucede actualmente; la única salida decorosa que tenemos los mexicanos(as) es organizarnos y defendernos de nuestro gobierno, el que por muchos años se ha convertido en el opresor, represor, torturador y asesino de hombres y mujeres libres que exigen lo que por derecho les corresponde, después de organizarnos tenemos que formar tribunales populares que enjuicien a todo gobernante infractor de las leyes que desde el poder político y cargos públicos han mancillado y lastimado a toda una nación, porque estamos conscientes que entre ellos jamás se sancionaran, mucho  menos se castigaran, porque ellos si están organizados, se tapan y encubren unos a los otros, con el lema “Hoy por ti, mañana por mí” y lo más grave, todas sus fechorías contra el pueblo las hacen con dineros públicos, las precampañas, las campañas, los viajes en el extranjero, los estudios de sus hijos en el extranjero, los atentados contra el pueblo de México, todo absolutamente todo lo hacen con recursos públicos.

Los enjuiciamientos legaloides a costa del erario público nacional de muchos hombres y mujeres presuntamente narcotraficantes, que curiosamente casi todos andan libres a falta de un  ordenamiento jurídico acorde a las presentes circunstancias y momentos, y entonces, ¿Que hacen los 500 diputados federales, los diputados de cada una de las 32 entidades federativas, y los 128 senadores(as)? Es muy sencilla la respuesta, se dedican al turismo revolucionario en todo el mundo y hacer precampañas continuas, permanentes, dolosas, ventajosas y anticipadas para perpetuarse en el poder por siempre y para siempre, con el objetivo de proteger sus ilegales intereses, a costa de que las mayorías continúen viviendo en la miseria sin la mínima posibilidad de disfrutar sus derechos constitucionales.

*Defensor de Derechos Humanos