*Isidro Sánchez Piedra

Pretenden continuar la guerra de baja intensidad

Hace muchísimos años se denotaba una real y autentica necesidad de que hombres y mujeres de pensamiento libre alzaran su voz con el objetivo de que los malos gobernantes corrigieran sus acciones y actuaciones en beneficio de sus gobernados, sin embargo desde los años 30s estas actividades eran y son el suicidio al no contar con las herramientas más indispensables para desarrollar trabajos colectivos de beneficio para los más pobres de este país.

Nos queda claro que los tres niveles de gobierno cuentan con toda una infraestructura y recursos públicos que deberían de estar siempre al servicio de la nación pero por décadas esto no sucede pues casi todos los gobernantes siempre han utilizado el poder político y económico para fabricar leyes con enormes lagunas permitiendo la evasión de la justicia para los verdaderos delincuentes de cuello blanco y utilizando toda la fuerza del estado contra los más indefensos, contra los más vulnerables y contra los más pobres, pues aprovechando las enormes lagunas de las leyes se dedican a perseguir a todo aquel que consideran su adversario político quien no piensa ni actúa como ellos, y los que están en el poder por el poder, implementan una feroz y despiadada persecución contra estos hombres y mujeres hasta provocar sus constantes caídas, sus errores involuntarios y en consecuencia la violación de leyes administrativas, a quienes incluso les cancelan los beneficios de programas sociales y cancelándoles toda oportunidad de desarrollo en lo político, en lo social y en lo económico, ubicando a miles de hombres y mujeres en el más completo estado de indefensión, a estas acciones u actos algunos especialistas del derecho internacional de la ONU les llaman delitos de Lesa Humanidad, sin embargo la oligarquía mundial y nacional está bastante bien pertrechada y protegida gastando por esta vía miles de millones de dólares públicos cada año en promocionar y ubicar a sus más incondicionales en organismos como la CIDH, ONU, y Consejo Mundial de Derechos Humanos, y todas estas aristas impiden a un ciudadano(a) común alcanzar la justicia tan esperada y tan anhelada por millones de mexicanos(as), también nos crean un cuadro persistente en violación a los derechos humanos con el objetivo de que hombres y mujeres libres no tengan las mínimas oportunidades de defensa de sus derechos ni logren su desarrollo integral, incluso en cada barrio o colonia de este país con financiamiento público y programas sociales les ha funcionado el erigir a sicarios electorales dotados de muy sofisticados medios de movilización, de comunicación y de toda una infraestructura como sucede en la privada de las Rosas de la Colonia Loma Florida, Primera Sección del municipio de Apizaco, Tlaxcala, donde se encuentra ubicado nuestro cuartel general, en ese lugar desde hace 14 años nos han generado un clima de incertidumbre, de inseguridad pública que aumenta los robos a casa habitación, de vigilancia gubernamental constante y permanente durante las 24 horas de los 365 días de cada año, y hasta tratar a toda costa de seguir despojándonos de nuestros legítimos derechos de posesión y de propiedad.

En estos momentos un puñado de hombres y mueres de pensamiento libre están nuevamente intentando  incursionar ante los órganos subsidiarios de la ONU y CIDH con la intención de que estos organismos intergubernamentales una vez más tomen nota de cómo el gobierno mexicano en sus tres niveles por décadas nos ha construido con toda una infraestructura propiedad de la nación y recursos públicos un cerco de exterminio, de hostigamiento permanente, de linchamiento moral, de calumnias y difamación de honor, y con todo respeto para la opinión publica podríamos afirmar que esa guerra no la perdimos nosotros la perdieron otros los que se sienten omnipotentes, poderosos, los oligarcas, la burguesía de este país y por respeto a este país, a las presentes y futuras generaciones algunos integrantes de la clase política de este país deberían de abandonar estas actitudes irregulares y legaloides que ningún resultado les ha dado pues con los hechos les han demostrado miles de hombres y mujeres que no basta con ostentar ilegalmente el poder político y económico de este país si no que se tiene que contar con los elementos más básicos y el actuar permanentemente dentro del marco de nuestras leyes para realizar o encausar los trabajos colectivos a los que gobernantes y gobernados tenemos la obligación de realizar; por este medio una vez más convocamos a la clase política gubernamental a un dialogo serio, respetuoso y productivo que nos permita a gobernantes y gobernados transitar por un camino más digno y apegado a derecho, nunca hemos pretendido que nos den algo que no devenguemos ni tampoco algo a lo que no tengamos derecho, tampoco hemos pretendido nunca pasarle las facturas a la nación pues solamente hemos exigido que los gobernantes cumplan con sus más elementales obligaciones en beneficio de todo un país y, que los programas y recursos públicos se distribuyan entre los más necesitados, logrando así la efectiva y sana distribución de la riqueza, el equilibrio en dicha distribución de los recursos públicos que haría posible una población menos pobre, más prospera y más productiva, dejando claro que por nuestra parte ya aportamos nuestro grano de arena con más de 40 años destinados y dedicados a realizar actividades sociales no lucrativas en beneficio de los sectores vulnerables y en extrema pobreza de los estados de Coahuila, Tabasco, Chihuahua, Chiapas, Oaxaca, Estado de México, Guanajuato, Distrito Federal, Puebla y Tlaxcala, nuestra aportación incluso también ha sido con lamentables acontecimientos como lo son el asesinato sin esclarecerse de decenas de compañeros(as) entre ellos mi padre y mi tío, la pobreza ancestral que padecemos no es una casualidad y ya causó estragos en nuestras familias, hemos tenido y mantenido trabajos eventuales muy explotados y mal pagados como muchos otros mexicanos, pero lo que más nos lacera es el hostigamiento permanente y despiadado de lo que hemos sido objeto en nuestros templos de trabajo, bienes muebles e inmuebles legítimamente obtenidos, en nuestras familias y domicilio particular; consideramos que ya es tiempo de ponerle un alto a estas acciones legaloides, unilaterales y fuera de nuestras leyes, por el bien de todo un país.

*Defensor de Derechos Humanos