*Isidro Sánchez Piedra

Si a la paz, pero con justicia y dignidad

Desde 1985 a la fecha han transcurrido 29 años de desastres tanto naturales como políticos, aunque los que más han lacerado a la humanidad son los dolosos y desatinados desastres del sistema político mundial; afortunadamente gracias a la solidaridad y lucha social de hombres y mujeres de todo el mundo hemos superado tantas y tantas adversidades, dejando claro que son los ciudadanos(as) los que siempre han aportado su mayor esfuerzo en aras de reconstruir la vida que anhelamos.

Los gobiernos no representativos solamente se han dedicado a ejercer el poder para sí mismos, aun a costa de pisotear los derechos de la ciudadanía e imponiendo un sistema de injusticias e impunidad que hacen crecer la pobreza extrema, y su mejor estrategia es ejercer a diario la mentira, la demagogia, el saqueo de recursos públicos y el arte de la burocracia, hechos y causas que originaron que ningún gobierno tenga  la calidad moral para convocar a acciones de paz y de supuestos pactos que beneficien a todo un país, también los legisladores(as) federales y estatales como parte del sistema político mexicano se han dedicado a secundar en todo al gobierno en lugar de elevar debates y acciones responsables que beneficien a todos los sectores, incluso hace muchos meses el gobierno convoco a los partidos políticos para ser parte de un pacto por México, y la ciudadanía dudo mucho desde ese entonces que fuera un pacto donde el eje primordial fueran los intereses de los sectores vulnerables y de extrema pobreza, y así fue la oligarquía se unifico a través de un pacto que termino por generar más violencia, más injusticias, más impunidad y más vulnerabilidad de derechos, lo único que garantiza este pacto entre partidos políticos es que los ricos sigan siendo más ricos y los pobres más pobres al grado de exponerlos a perder la  libertad y su propia vida

Actualmente el presidente de México convoca a un pacto rediseñado pero ahora pretende que los distintos sectores de la sociedad participen, pero no dice como pretende que sea nuestra participación, pues hasta ahora la ciudadanía ha contribuido con el sistema político mexicano permitiéndole la explotación y uso indebido de la riqueza de este país, con permitir el excesivo pago de impuestos en lugar de contribuciones voluntarias, con la promesa de devolverlos en beneficios sociales que nunca llegan,  y también hemos contribuido a través de nuestros presos políticos, de nuestras victimas de desapariciones forzadas, con grupos y personas reprimidas por el estado,  acentuando y acrecentado la pobreza; y ahora que nuestro país está en la peor de sus crisis el gobierno nos invita a ser parte de un pacto que esperamos no sea para seguir contribuyendo con nuestros muertos porque también eso hemos puesto desde los siglos de los siglos, amen.

Este 20 de noviembre quedamos como país marcados por la historia, donde un gobierno abandona sus instituciones para irse a refugiar al Campo Marte, y deja de cumplir sus prioritarias obligaciones por estar en donde no es necesario, este vacío de autoridad debe ser suplido por hombres y mujeres de pensamiento libre y no por personas embozadas al servicio del mismo gobierno, como lo son los grupos que generan acciones de vándalos, los que violentan nuestras leyes, los que aterrorizan, con el único objetivo de lograr que caigamos muchas víctimas para que el buitre gobierno siga cometiendo sus excesos de poder, sería saludable y necesario nuevamente lograr la creación de un gigantesco grupo de constituyentes donde quepan verdaderos empresarios, comerciantes, obreros, campesinos, artesanos, artistas, amas de casa, indígenas, quienes deberán ejercer el poder que el gobierno actual ha dejado de ejercer en agravio de todas y todos los mexicanos, simplemente cambiar las formas de gobierno tradicional que tenemos actualmente a través de nuestro derecho constitucional garantizado en el Artículo 39 que textualmente dice: La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.  

Para que exista paz necesariamente tiene que haber justicia y equidad en la distribución de los recursos públicos, la creación de empleos con pagos bien remunerados, regionalizar el polígono de la extrema pobreza en cuatro ejes fundamentales vivienda, empleo, salud, educación, pues hasta ahora estos derechos solo los disfrutan unos cuantos mientras las grandes mayorías son excluidos y marginados, condenándolos a vivir en el hacinamiento; los ricos del mundo y de México tendrán que apretarse el cinturón por décadas para lograr juntos el equilibrio que tanta falta hace.

*Defensor de Derechos Humanos