Las nuevas generaciones y lo que viene.

POR: RAUL MTZ NAVA  

El pasado 12 de Agosto celebramos el Día Internacional de la Juventud declarado por primera vez en 1999 por la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de que en ésta fecha se organizaran actividades de información pública que sirvieran para promover una mayor toma de conciencia sobre los principios del Programa de Acción Mundial para los Jóvenes y cuyos objetivos principales son el de mejorar la participación de la juventud en las actividades de interés público, generar e impactar en la toma de decisiones de la vida política, desarrollar políticas en temas prioritarios como educación, empleo, el hambre, la pobreza, la salud, el medioambiente, el uso indebido de drogas y la delincuencia juvenil; así mismo el desarrollo de nuevos canales de comunicación y cooperación entre organizaciones juveniles, agencias del Sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones intergubernamentales.

Todo esto con el propósito de fomentar y fortalecer la participación juvenil en los asuntos de interés público como el eje rector de todo cambio social, pues es en la diversidad de pensamiento e ideologías de ésta población donde encontramos la parte medular de desarrollo que como sociedad se nos ha brindado de manera innata como el artífice intangible de grandes cambios políticos y sociales, pues el éxito de cualquier sociedad radica en asumir la responsabilidad de involucrarnos activamente en la toma de decisiones ya que en un sistema  democrático es como logramos que nuestra voz sea escuchada y más aun cuando la juventud representa una tercera parte de la población total.

Sin embargo en México ¿Qué estamos haciendo para aportar al correcto desarrollo de la juventud? pues es claro que no se trata de impulsar actividades con poca planeación aun que con amplia difusión con el único objetivo de entretener y festejar la ocasión, cuando realmente lo que necesita la juventud es una plataforma de desarrollo impulsada por cada uno de los sectores gubernamentales sin importar partidos políticos y en igualdad de condiciones que ayuden a consolidar los nuevos talentos jóvenes que cada día emergen en el sector político, social y empresarial y que están llamados a ser la parte medular de nuestra sociedad en un par de años.

Un ejemplo de que si se puede realizar actividades de alto impacto para el desarrollo de los Jóvenes es el Observatorio de Derechos Juveniles un espacio creado por la Sociedad Civil a través del Ateneo Nacional de la Juventud para promover la rendición de cuentas a partir del monitoreo legislativo y la evaluación de políticas públicas en materia de Juventud, donde diferentes actores juveniles se reúnen con académicos, funcionarios públicos y legisladores para emitir recomendaciones y dar seguimiento a las mismas con la finalidad de impactar en los programas y legislación y que lleva realizándose con éxito en estados como Puebla, Hidalgo, Ciudad de México y en próximas fechas también en Tlaxcala lo cual seguramente marcará una pauta para el desarrollo social pues son actividades que dejan en claro que la juventud siempre será un arma cargada con  nuevas oportunidades.