Fernando Díaz de los Ángeles

“El hombre justo no es aquel hombre que no comete injusticia, sino es aquel que pudiendo ser injusto no quiere serlo” –Menandro- esta frase esta adecuada tras las acusaciones que en los últimos días se han desatado en contra del titular de la sala unitaria electoral administrativa del TSJE, Pedro Molina Flores, las cuales se hacen a días previos que el congreso local renueve a dos magistrados de plazo cumplido.
La procuración e impartición de justicia, tal vez nunca ha tenido buenas épocas, pero tras los acontecimientos de los últimos años, pasa por una etapa muy difícil que debe enderezarse más allá que próximamente se aplique  sistema de justicia penal acusatorio, el cual no es la panacea.
En Tlaxcala  no hemos estado ajenos  a sentencias polémicas,  y a la exhibición de nuestros órganos jurisdiccionales, como ocurrió la semana pasada tras las sentencias de la sala regional del tribunal federal electoral, en las cuales queda claro que las resoluciones del magistrado Pedro Molina fueron laxas, y no es la primera vez que le ocurre tal situación, varias de sus resoluciones han sido revocadas por el tribunal electoral.
Por eso es importante, que el congreso local lleve a cabo una evaluación minuciosa del actuar del magistrado, el cual está en medio de una polémica por la serie de acusaciones que ha realizado la barra de abogados del Estado de Tlaxcala.
Tales  acusaciones versan en la  violación de  procedimientos judiciales,  y que ha hecho de la justicia una subasta porque la vende al mejor postor. Por tanto no debe pasar desapercibido estos señalamientos, ya que puede quedar nuevamente como magistrado, si así lo deciden los diputados locales.
Por esta razón sería lógico realizar las pesquisas correspondientes, ya que las sentencias de la sala regional del TEPJF, no abonan a la causa del magistrado y evidencian la falta de pericia,  y esto  no debe  omitirse.
La tarea de los legisladores no es fácil, y requiere de un énfasis en el proceso de renovación, porque se debe  brindar certeza a la sociedad tlaxcalteca, que los responsables de impartir justicia por la vía jurisdiccional cuentan con la confiabilidad, transparencia y la honestidad suficiente para realizar esta loable labor.
Es indiscutible que tras la renovación de un ente público, los involucrados siempre están a expensas de señalamientos, pero los encargados de tal renovación deben procurar quienes elijan sean los adecuados y que no tienen cuentas pendientes, o nada que ocultar, así que el futuro del Magistrado Pedro Molina Flores y del Tribunal  Superior de Justicia del Estado, está en manos del congreso local.