Roberto Nava Briones

Asesinatos en contra de periodistas, miedo, coraje e indefensión

Luego de los sucesos nacionales en los que se han visto inmersos compañeros del gremio periodístico que arteramente fueron asesinados coincidentemente después de difundir las excentricidades de los gobernantes en turno, deja en claro la indefensión en la que nos encontramos este sector de la sociedad, misma que se limita a ver y callar porque nada se puede hacer.

¿Miedo?, claro que existe en muchos que ejercemos esta actividad porque muchas de las veces no sabemos los intereses ocultos que existen tras una denuncia anónima.

En ocasiones nos enfrentamos a situaciones que sin importar credos, condición social, política o de interés personal nos pueda llevar a situaciones que provoquen en una mente enferma perder la vida.

¿Coraje?, por supuesto que vive en cada uno de los que realizamos la talacha diaria de informar y al termino del día ver a un compañero caído porque algún gobernante se sintió agredido por una imagen, un comentario, un señalamiento que algún periodista captó justo en el momento y lugar.

Y es que es algo nato que traemos y los gobernantes y políticos no pueden ver ni oler, simplemente se da en quienes detentamos este oficio que se ha vuelto uno de los más peligrosos de ejercer en el país derivado de la falta de garantías para ello.

¿Indefensión?, es la constante que diariamente vivimos reporteros, fotógrafos, editores, directores y todos aquellos que no somos comparsas del poder y en algunos de los casos de los grupos delictivos que operan en el país.

Grave porque en su mayoría quienes profesamos el periodismo no tenemos seguridad laboral, social, médica, si acaso el seguro popular que para lo mejor que sirve es para conocer los yerros del sistema de salud que brinda el gobierno, por cierto obsoleto.

Y más grave aún, porque en la mayoría de conflictos sociales somos a quienes los ciudadanos nos cargan la falta de resultados ante la negativa de sus gobernantes para dar resultados en sus reclamos.

Ya sea que a través de denuncias públicas, conflictos sociales, y un sinfín de situaciones a las que nos enfrentamos quienes amamos esta profesión, oficio, o como lo llamen, vamos a todo por nada, sin saber si vamos a regresar o no pero ahí estamos y estaremos a pesar del riesgo que ello implica.

Tlaxcala no ha sido la excepción de la persecución gubernamental, si hasta son encarcelados aquellos que en una columna de opinión emitieron los comentarios como “viejito maniatado o mediocre” no le gustó a la clase política caduca que está en el poder y optó por perseguir periodistas mediante denuncias argucias y hasta “sustitos”.

Que decir de un Poder Legislativo que lo mejor que ha sabido hacer es ejercer la censura mediante diversos artilugios que ya no funcionan en una etapa moderna, como el usar cartas aclaratorias para tapar sus mentiras, condicionamiento de espacios publicitarios, y hasta supuestas amenazas, que en perfeccionar las Leyes y sobre todo aplicarlas.

Vergonzoso y risible resultan, las diferentes posturas de políticos y diputad@s a favor de los periodistas, cuando en realidad les incomoda que sean orientados los reflectores hacia ell@s cuando se resbalan al difundir sus excesos.

Pareciera que además de que se les olvidó de donde emanaron y por si fuera poco, hoy día se quedaron rezagados en las nuevas alternativas de información, que a pesar de su molestia seguiremos siendo el enlace necesario entre la ciudadanía y las autoridades.

En consecuencia, desde este espacio exigimos al Presidente de la República Enrique Peña Nieto, respeto irrestricto al ejercicio periodístico y el esclarecimiento del asesinato del foto reportero Rubén Espinosa Becerril.

Ya no queremos un periodista más asesinado ya que a partir del 2010 a la fecha, suman 33 periodistas ejecutados, según un reporte de Artículo 19.

Al Gobernador de Veracruz Javier Duarte, frene la ola violenta que se vive en ese Estado que gobierna en donde se han recrudecido la persecución a los periodistas.

No es con asesinatos callar a sus críticos.

Al Gobernador de Tlaxcala Mariano González Zarur, sensibilidad, tolerancia, dialogo y apertura a la crítica.

No es con auto censura, regaños, manoteos, detenciones y condicionamientos, la estrategia para mantener una relación del gobierno con medios de comunicación.

Entiendo que en el caso de m Estado Tlaxcala, a la fecha la estrategia de medios no fue la correcta, sin embargo hay tiempo de recomponer parte de ello, si hay cosas que cambiar, cambiarlas, si hay que desecharlas hacerlo y si hay que cambiar viejas ideas por unas más jóvenes, quedan algunos meses al menos para tener una salida digna.

A la sociedad civil, para que entienda el trabajo periodístico por los diferentes enfoques que cada uno de los comunicadores plasmamos en nuestros respectivos medios de comunicación en los que laboramos.

Lo relata acertadamente Luis Prados en su artículo “Pinche oficio chingón” en la edición de este jueves en el País, donde da cuenta que a pesar de que “México, un país democrático y en paz, es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo”.

“Matar a un periodista, sí, a un curioso, a un entrometido, un demagogo, un chismoso, un impertinente, un bohemio y un escritor, matar a todo eso, es también matar a la sociedad civil, que en el caso de México no puede seguir siendo la que pone las víctimas en el duelo o en la complicidad que mantienen los poderes fácticos y el crimen organizado”, asentó en su publicación.

¿Será hora de que los poderes además de hacer leyes tan largas como perfectas las apliquen a los culpables para erradicar la impunidad?, creo que sí y ya se tardaron.