Discurso completo de Marco Mena en toma de protesta

Honorable Congreso del Estado de Tlaxcala.

Magistrada Presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado e integrantes del Poder Judicial.

Señora Rosario Robles Berlanga, Secretaria de Desarrollo Territorial y Urbano del Gobierno Federal y Representante del Señor Presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, Enrique Peña Nieto.  Gracias por estar esta tarde con nosotros, Secretaria.

Señores Gobernadores que han tenido la gentileza de acompañarnos en esta ocasión solemne.  Los saludo con todo aprecio:

Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores. Muchas gracias, Gobernador.

Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle. Gracias, Gobernador.

Gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello. Gracias, Gobernador.

Agradezco también la presencia del Gobernador Electo de Puebla, Tony Gali -gracias Gobernador Electo-; así como de la Representante del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, la Secretaria de Gobierno, Patricia Mercado –gracias por estar aquí-. 

Gracias también a los representantes de los gobernadores del Estado de México y Zacatecas.

Comandante de la 23a. Zona Militar, General de Brigada Arturo González García. Muchas gracias por acompañarnos. Sabe de nuestro reconocimiento y respeto por las fuerzas armadas.

Saludo con especial afecto al Presidente del Partido al que me honro en pertenecer, Doctor Enrique Ochoa Reza, Presidente Nacional del PRI.  Muchas gracias por estar hoy en Tlaxcala, Enrique.

Con todo aprecio, saludo al Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación, mi estimado amigo Jorge Márquez -gracias Jorge-.

Señoras y señores legisladores federales, gracias por su presencia;

Saludo con respeto a las dirigencias estatales del PAN, del PRD, del Partido Verde y del Partido Socialista.

Saludo y agradezco a los ex gobernadores de Tlaxcala que hoy nos acompañan:

Don Tulio Hernández Gómez. Gracias por estar aquí.

Don Samuel Quiroz de la Vega. Gracias por estar aquí.

Don José Antonio Álvarez Lima. Gracias por estar aquí.

Don Alfonso Sánchez Anaya. Gracias por estar aquí.

Y, en especial, saludo con todo aprecio a Mariano González Zarur, a quien le reconozco y de quien agradezco su presencia el día de hoy.

Saludo a los integrantes de las dirigencias de los diferentes partidos con registro en Tlaxcala.

Hablo a todos y cada uno de los tlaxcaltecas, que con ilusión y esperanza renovada prestan su mirada y escuchan este mensaje, en el cambio de poderes constitucionales del Estado:

Es inevitable señalar —sería una simulación no hacerlo—, que acudo ante esta soberanía en un día extraordinariamente significativo para su servidor.

Por mandato de los electores encabezaré el gobierno de la entidad que me educó para ser ciudadano y que hoy me brinda la encomienda de ser su Gobernador.

Es un compromiso indeleble, compromiso indeleble con los tlaxcaltecas, que marca una vida y que no olvidaré ni haré a un lado en momento alguno durante mi mandato.

Vine a afrontar esa responsabilidad bajo la premisa de cumplir palabra, colmar expectativas, dar respuesta positiva y concreta a las necesidades y exigencias de quienes eligieron este curso político para Tlaxcala en los próximos años.

Nuestro estado es de profundas tradiciones, pero de historia viva.  Siglo tras siglo, época tras época, en Tlaxcala hemos tenido siempre el sueño de trascender. 

En un complejo proceso histórico en busca de grandeza, por el que hemos trabajado década tras década, finalmente el esfuerzo de todos ha ido encontrando ahora, para nuestra querida entidad, un lugar de relieve en la geografía económica y política del México al que orgullosamente pertenecemos cada uno de nosotros.

Hay condiciones para poner a Tlaxcala en el sitio al que aspiraron y merecieron las generaciones que nos antecedieron. Hay condiciones.

Existe el momento y tenemos una posición de privilegio para que nuestro estado sea un lugar de encuentro de oportunidades sociales y de establecimiento de centros de trabajo de toda índole y tamaño. 

Estas condiciones ya se reflejan en algunos de los indicadores sobresalientes de competitividad y crecimiento de la economía tlaxcalteca.

Dispone el estado de infraestructura y clima de negocios capaces de atraer cuantiosas inversiones y crear más empleos. Aún no son suficientes, es cierto, ni están suficientemente bien pagados, como queremos –también es cierto-, pero Tlaxcala está en el núcleo de una de las zonas metropolitanas de mayor desarrollo económico en el continente americano.  De hecho, en medio de circunstancias muy retadoras, incluso internacionales, en Tlaxcala estamos creciendo.

Nos respalda una tradición de amor a México y de trabajo fecundo de las mujeres y de los hombres en el campo tlaxcalteca.  Del campo surgimos y somos dueños de una historia local propia que pocas entidades del país pueden presumir.

Somos depositarios de una vocación de integración a México y queremos que crezca para que sea hacia el mundo.  Una vocación, en los tiempos difíciles del entorno nacional e internacional, que tenemos que afianzar, bien lejos de amedrentarnos por obstáculos y adversidades.

Este es el momento de hacer de Tlaxcala sinónimo de lo mejor, sin renunciar al realismo legítimamente ambicioso que alberga en su corazón todo mexicano.

Nos preceden logros que sería mezquino no reconocer, más aún si esos logros forman parte de la plataforma con la que llegaremos al futuro que queremos.

Lo digo con todas sus letras. En los últimos años Tlaxcala ha visto mejorar indicadores económicos y sociales a un ritmo que habíamos deseado durante mucho tiempo.

En 2015 fuimos la quinta entidad del país en crecimiento económico y nos ubicamos como líderes de crecimiento en el sector industrial, con más de 10 por ciento de incremento anual. En el año que concluyó ayer, también nos ubicamos como segundo lugar nacional en crecimiento de manufactura, con más del 6 por ciento. 

En los últimos seis años, hubo un incremento sostenido del empleo formal.  Es un logro histórico que se haya superado el 34 por ciento de los asegurados en el Seguro Social. Tenemos deuda cero y, al mismo tiempo, nuevas carreteras, nuevos hospitales, escuelas remodeladas. 

Nunca antes habíamos estado en presencia de logros de este calibre por el que por décadas nos hemos esforzado todos; todo ello, gracias a la gestión entregada de Mariano González Zarur, a quien saludo esta tarde con aprecio y reconocimiento.

Una democracia, a diferencia de otros sistemas políticos que congelan el paso del tiempo, es historia viva, reconocimiento de etapas sucesivas que permiten que los pueblos y gobernantes planteen cambios, metas, y honren la memoria y el esfuerzo las generaciones que los antecedieron.

Más que una reconciliación política, estamos en nuestra querida entidad ante la oportunidad de vivir una civilidad democrática.

Hemos peleado mucho entre nosotros durante las últimas décadas. Ustedes lo saben bien. Nos hemos hecho mucho daño por pugnas y agendas de grupos políticos sin foco en la generalidad de la gente. 

El resultado ha sido una fuerte fragmentación social que ha alimentado conflictos políticos y fricciones innecesarias que no dejaron nada bueno, incluso dejaron odios. 

Esas pugnas entre nosotros no nos han hecho bien.  Estoy claro que la arena democrática está hecha de acuerdos y también de conflictos, pero cuando la pugna es el propósito mismo, la misión de la política pierde sentido.

Los puntos de vista diferentes, las distintas formas de pensar y de ver las cosas son intrínsecamente valiosos tan solo por el hecho de convivir.

Podemos elegir entre dos caminos.  Uno, seguir luchando día a día por lograr sólo la gobernabilidad entre nosotros mismos, lo cual significa inhibir y resolver nuestros propios conflictos. O en cambio, entender y aceptar nuestra diversidad. Entender y aceptar nuestra diversidad para construir y crecer juntos, pasar de la gobernabilidad típica a una gobernanza moderna. 

Los invito a que elijamos este camino.  El camino de ser modernos al tiempo que mantenemos nuestras tradiciones más nobles y el orgullo por nuestra historia.  Es perfectamente posible.

Me propongo lo deseable, pero también alcanzable, en congruencia con lo que les dije y les ofrecí a lo largo de mi campaña electoral. Ofrezco mis conocimientos, mi experiencia y mi devoción por esta tierra, la de mis padres y mis abuelos, que nacieron y vivieron orgullosamente, como miles de tlaxcaltecas, en el crisol de la cultura del esfuerzo, en la que nada nos es dado, sino lo que hagamos con nuestras ideas, con nuestro empeño.

Son muchas y muy diversas las quejas y las carencias que cada uno de ustedes me expresó. Identifico prioridades inaplazables que reflejan el interés generalizado de una población urgida de que las autoridades les correspondamos con realizaciones de beneficio general.

Por eso, habrá tres grandes líneas de trabajo que orientarán las acciones durante mi gobierno y que están ligadas por el propósito de mejorar las condiciones de miles de familias tlaxcaltecas:  nuestro triángulo de prioridades Educación – Salud – Empleo, para mejorar las condiciones de niños, mujeres, jóvenes, estudiantes, campesinos, obreros, personas con discapacidad y nuestros adultos mayores.

En el gobierno tenemos que ser muy humanos.  No basta conocer las condiciones de dureza de la vida de miles de tlaxcaltecas, hay que comprenderlas y ser solidarios; estar del lado de los que más sufren, estar del lado de los que más se esfuerzan.

La diferencia entre estar destinados al desarrollo o estar destinados al atraso está en los niveles de educación y de salud de un pueblo.  Esa es la verdad.

Aquí es necesario decir, con toda claridad, un hecho que no todos, debido a agendas particulares, están dispuestos a reconocer, a pesar de la evidencia.  En Tlaxcala hemos afirmado y reconocido que el respaldo del Presidente Peña Nieto ha sido esencial.  De hecho, en cada uno de los estados del país, es el Presidente Peña Nieto quien, con su respaldo y apoyo, da viabilidad a logros que los gobiernos estatales, por sí mismos, simplemente no podrían ni vislumbrar.

Secretaria Rosario Robles, le pido, por favor, tenga la gentileza de comunicarle al Señor Presidente el aprecio y reconocimiento que le tenemos en Tlaxcala.  Le pido, Señora Secretaria, que le diga también que le solicitamos que siga estando muy cerca de los tlaxcaltecas.

Las reformas estructurales puestas en marcha por el Presidente Peña Nieto tienen el claro y superior horizonte de modernizar a México. Una de ellas, con hondo y profundo calado democrático, es, sin duda, la reforma educativa.

La educación es vital para tener prosperidad social y ser más iguales.  Por eso, en esta materia, habrá cuatro aspectos que vamos a destacar: revalorar el rol social del magisterio; trabajar con la comunidad para mejorar juntos las instalaciones escolares; promover con becas el amplísimo talento de la juventud tlaxcalteca, y vincularla con las competencias laborales que la educación brinda con oportunidades de trabajo que hay en la región.

Como hijo de maestros, y egresado de escuelas públicas, sé muy bien lo que la educación y un buen maestro pueden generar en una mente joven.

Es importante que como sociedad le demos a nuestros maestros el valor que merecen.

Al respecto, y con los propios recursos ya existentes en el sector educativo, vamos a crear el Instituto de Profesionalización del Magisterio, para ayudar a nuestros maestros a actualizarse y continuar con su crecimiento personal y profesional.

También, es necesario mejorar la vinculación de la educación con el mercado laboral. La idea es contar con una educación cercana a las familias, que sea útil para la vida.  Incluso una educación dual, estudiar y trabajar, para un aprendizaje permanente. 

Queremos orientar a los jóvenes para que la educación que reciban tenga mayor impacto en sus vidas, y les dé certeza de obtener empleos mejor remunerados.

En el ámbito de salud, los resultados presentan avances importantes en indicadores sustanciales que, sin duda, han beneficiado a la población.  Sin embargo, el reclamo sobre los servicios de salud es aún amplio y diverso.

Los programas de salud que se han ejecutado en la entidad han sido vastos e importantes, pero, en ocasiones, generan quejas entre los habitantes por la baja calidad de los servicios o lo limitado de las campañas.  Sí, es cierto; es necesario incrementar la calidad de nuestros servicios.

Los trabajadores de la salud son nuestros aliados y requieren contar con los insumos y condiciones necesarias para atender a la población.  Van a tener todo nuestro respaldo para que trabajemos juntos.

Debemos prestar atención al primer contacto de la gente con los servicios médicos, especialmente en los Centros de Salud y las áreas de urgencias de hospitales, al tiempo que tenemos que intensificar nuestro trabajo para prevenir que las personas se enfermen por hábitos inadecuados o falta de cuidado médico oportuno.  La medicina preventiva es particularmente importante en el caso de las mujeres.

Es necesario modernizar operativa y administrativamente el Sistema Estatal de Salud, que se fortalezca su capacidad para enfrentar los retos que exige atender a la población.  Será necesario también mejorar el acceso a los servicios de emergencia.

En Tlaxcala ha sido un reto contar con los especialistas que requiere nuestra población para la atención médica.  Vamos a esforzarnos por reclutar y retener médicos especialistas.

En materia de generación de empleo, la clave es la inversión: inversión privada, inversión pública, pública estatal, pública municipal, extranjera y pública-privada en proyectos de coinversión. Esta inversión debe incrementar empleos mejor remunerados, fomentar la equidad de género laboral, crear infraestructura, modernizar el nivel tecnológico, elevar los niveles de producción, productividad, competitividad y generar en escala creciente capital humano y capital físico.

Para incrementar los niveles de inversión, el Gobierno del Estado profundizará el proceso de planeación y promoción a nivel nacional e internacional, ya iniciado; acelerará la modernización administrativa; auspiciará políticas de fomento económico e infraestructura; apoyará las cadenas productivas y pugnará por incrementar el  financiamiento a la economía; impulsará vigorosamente la capacitación de la mano de obra, rural e industrial, y sentará bases para dar una mayor certidumbre jurídica a los inversionistas.

Lo importante es que todo aquel que quiera emprender o invertir, en un negocio grande o pequeño, siempre que sea legítimo, encuentre un clima propicio en el Estado.

Hay que pensar regionalmente. Las tendencias mundiales del desarrollo económico apuntan a la conformación de cadenas productivas regionales, con ventajas especiales en ciertos ámbitos.

Es claro que, en este aspecto, Tlaxcala y Puebla conforman una región metropolitana que presenta enormes oportunidades para ambos estados. Es preciso dejar atrás la mentalidad de suma cero, que prevalece en distintas regiones del planeta, y pensar en esquemas ganar-ganar, que nos permiten complementarnos como región, más que competir entre nosotros mismos.

Hay que impulsar el emprendimiento para aprovechar la energía y creatividad de los tlaxcaltecas y fomentar el desarrollo de sectores clave. La industria manufacturera y automotriz ha encontrado en Tlaxcala un ambiente muy propicio. Nos aseguraremos de continuar haciendo competitivo a Tlaxcala y fomentaremos también el desarrollo de la vivienda media y espacios comerciales, que hagan más atractivo el estado.  Al respecto, también, contamos con un gran potencial turístico que habremos de seguir impulsando.

En materia de seguridad, nuestro estado ha tenido menos problemas que muchas otras entidades.  Sin embargo, estamos en una situación en que debemos ocuparnos si no queremos perder la tranquilidad y seguridad que tradicionalmente nos han distinguido. Hemos sido un estado tranquilo; así debemos seguir siendo. Vamos a trabajar con toda energía para ello.

Como gobierno nos ocuparemos de que nuestro estado sea seguro por nuestra convivencia y para nuestra economía.  Sin embargo, esto es algo que aún en condiciones actuales necesita un arreglo institucional. Ciertamente es una tarea de todos.

El esquema actual de distribución de responsabilidades entre los gobiernos municipales y el gobierno estatal no está logrando lo mejor para los tlaxcaltecas. Hay que reconocerlo, existen debilidades institucionales por parte de los gobiernos municipales y deficiencias en la delimitación de responsabilidades y la atención de este gran problema social.

Junto con el esmero de tener un gobierno cada vez más eficaz y honesto, estas son nuestras grandes líneas de trabajo. Guiarán la intensa, ardua y amplia gama de actividades del gobierno para atender a los campesinos, para defender la igualdad de género y los derechos de las mujeres, para respaldar a los obreros, para atraer y retener inversiones, para caminar junto al emprendedor y para caminar junto a los empresarios, para guiar y apoyar a los jóvenes estudiantes, para ser solidarios con nuestros adultos mayores, para respaldar a nuestros tlaxcaltecas que viven con alguna discapacidad, para ser más humanos con las familias de nuestra propia gente.

Antes de concluir, quiero pedir su anuencia para que, en este acto protocolario, pueda referirme un momento a mi familia. 

Agradezco con amor a Sandra, mi esposa, su apoyo y solidaridad. Ambos estamos muy felices de emprender este camino con todos ustedes, junto con nuestros mellizos Constanza y Claudio Antonio. 

Me permito también recordar con todo cariño a mis padres, la Maestra Regina Rodríguez Carvajal y el Profesor Antonio Mena Montealegre. Seguramente están muy contentos; a ellos les habría gustado estar aquí.

Querido pueblo de Tlaxcala, mi vocación académica y política me obligará a rendir cuentas de un gobierno en el que su verdad se respalde en los hechos, y en el cual, los logros se reflejen no solo en la narrativa gubernamental, sino en la vida diaria de cada uno de ustedes. 

Como guía de conducta será clave la mancuerna eficacia - honestidad. La eficacia, por sí sola, sin honestidad, es tecnocracia cínica. La honestidad sin eficacia, es ingenuidad estéril.

El quehacer gubernamental del día con día exige que demos la cara por estos dos atributos, en todo momento, siempre teniendo a la vista y por delante, el bienestar de cada uno de los tlaxcaltecas.

Estamos en el inicio de un punto de inflexión en la historia, del mundo, de nuestro país, de nuestro querido estado.

Desafíos e incertidumbres están al acecho. Tlaxcala, sus mujeres y sus hombres, estamos en la capacidad y en la oportunidad de superar los retos para poner por delante la grandeza y el trabajo de los siglos de historia que nos dan fundamento.

Es día, pues, de ser lo mejor que sabemos ser, una entidad de trabajo, tranquilidad, esperanza y anhelo sin pausa. 

Nuestra confianza, voluntad y talento nos respaldan, y la seguridad de que, en el ejercicio de esa virtud histórica, el futuro nos sonreirá a cada uno de nosotros.