Morir y continuar vivo en la red

Todos estamos a un paso de la muerte. Pero en este tiempo de redes sociales, la muerte como el amor han cambiado.

Si un usuario de redes sociales fallece, sus cuentas pueden permanecer activas o bien pueden convertirse en un memorial que entra en una categoría y tipo de actividad. Lo cierto es que la red permite ahora una nueva forma de recordar a seres queridos que fallecieron.

Fernando Castillo, cineasta radicado en Tlaxcala donde daba clases para formar a nuevas generaciones, falleció hace dos meses, en su cuenta de Facebook pueden leerse mensajes de sus amigos relativos al suceso. Dos meses después, este espacio celebra su vida y da cuenta de las muestras de cariño y homenajes de quienes lo conocieron.

La más reciente: la publicación que da cuenta de la colocación de una ofrenda para él en el centro cultural La Libertad en Apizaco y otras muestras de cariño y recuerdos como la dedicatoria de funciones teatrales. Incluso, en la misma página de Facebook se pueden leer las felicitaciones por su cumpleaños “estés donde estés”, en la fecha en que la red social arroja por su onomástico.

Esto muestra la vida que puede continuar en una red social pero también hay maneras en las cuales una cuenta de Facebook pueden ser eliminadas tras el fallecimiento de un usuario. Nuestros días están contados , pero en la red nuestra identidad virtual sigue presente.

En Facebook existe la opción de notificar por medio de un familiar o amigo el deceso y en este caso existe la opción de convertir la cuenta a conmemorativa y los amigos pueden compartir recuerdos, el contenido sigue disponible pero deja de aparecer en espacios públicos.

Por otro lado, se puede eliminar la cuenta de manera permanente y su contenido desaparece. Una tercera vía es seleccionar un contacto de legado, alguien encargado de administrar tu cuenta conmemorativa, puede responder a nuevas solicitudes y actualizar fotos de portada y perfil, aunque no podrá eliminar o cambiar algo que hayas compartido.

Las redes sociales se han extendido en nuestras vidas y ahora hay que pensar en nuestra identidad virtual en el momento de fallecer.