Bernardino Vázquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Estrategas políticos del Partido Revolucionario Institucional dicen que la situación del estado de Tlaxcala preocupa al Comité Ejecutivo Nacional de ese instituto. Si bien esta entidad obtuvo el triunfo de manera contundente en las elecciones pasadas de las que el PRI se alzó con el triunfo, consideran que esas condiciones de confianza ciudadana ya no son las mismas; simplemente son otros tiempos, o las cosas se acomodaron ya y no de la forma en que los priistas lo esperaban.

Esos mismos analistas del partido tricolor dicen que ven con preocupación cómo líderes políticos y dirigentes de grupos diversos ven desde diferente ángulo al PRI y al gobierno de Mariano González Zarur. Simplemente los desmarcan, los ubican en planos diferentes, tratan de no mezclarlos mucho, o definirlos de forma diferente al momento de hablar de ambos por necesidad.

Se dice que algunos dirigentes piensan apoyar al PRI en las elecciones presidenciales de este año, pero no a los candidatos de este partido al senado y a la Cámara Baja; esto quiere decir que su fidelidad a su partido se mantiene, pero no a lo que en materia política se ha hecho en la entidad; de ahí que no vayan a apoyar a algún proyecto tlaxcalteca.

Su preocupación les roba la quietud por la percepción que tienen los priistas del PRI en todo el estado, pero observan con mayor detenimiento el concepto que tienen sus militantes entre personajes que en tiempos de campaña estuvieron cerca del primero candidato tricolor y luego gobernador y que ahora están fuera del gabinete y del saludo del mandatario.

Esa característica los actuales tiempos políticos y electorales pone nerviosos a los analistas del PRI que observan cómo en algunos municipios ganados y gobernador por ese partido los militantes se encuentran inquietos, miran hacia otros lados como buscando otros colores en que cobijarse y no se expresan precisamente bien de quienes ganaron con su apoyo el puesto que ahora tienen y de su partido al que califican como ausente.

Chiautempan, Zacatelco, Tlaxcala capital y algunos otros municipios de menor densidad demográfica o mayor número de militantes son el centro de atención del CEN, que ve cómo la gente insinúa que en 2012 apoyará al PRI porque es su partido, pero que no está de acuerdo con sus guías en el estado, ni con la forma en que se está gobernando la entidad por quien es considerado el primer priista de la entidad.

En muchos municipios se repite como copia fiel el trato a quienes en su momento apoyaron al PRI y que ahora no son merecedores ni siquiera del saludo de los funcionarios y autoridades triunfantes gracias al sacrificio, apoyo, respaldo y recomendación de los olvidados, de los huérfanos de la nómina y calor oficial.

Los enviados del CEN del PRI dicen haber platicado con dirigentes de organizaciones sociales, grupos organizados y líderes naturales en la entidad, quienes manifiestan que en este año electoral, crucial para los tres partidos políticos más representativos del país, apoyarán a Enrique Peña Nieto para hacerlo llegar a la presidencia de la República, pero que no apoyarán las aspiraciones de los aspirantes a diputados federales y senadores pues, aunque no lo dicen abiertamente, no están de acuerdo con el gobierno actual ni con la forma en que es dirigido el PRI en la entidad.

Tanto así, que prefieren expresarse de otra forma, con otros términos, como haciendo el respectivo deslinde, como queriendo que sean dos PRI diferentes e iguales a un tiempo, cuando hablan del actual gobierno estatal, de algunos gobiernos municipales, del trato que reciben como priistas de las autoridades que ellos mismos pusieron, del sus líderes estatales y del proceso electoral de este año.

Si bien los militantes priistas no son claros, no manifiestan abiertamente sus inquietudes y sus inconformidades, no se requiere ser muy avezado en estos asuntos para intuir que algo le pasa al PRI en la entidad, a unos meses de las elecciones presidenciales.