Por cierto, esto ocurre en el ITEA

BERNARDINO VAZQUEZ MAZATZI

ESCRITOR Y PERIODISTA

El ITEA es un lastre para el avance del país, para el desarrollo de Tlaxcala, para que los indígenas mexicanos y tlaxcaltecas.

Una de la causas que explica la tardanza de México para ingresar al primer mundo, que ha impedido el avance de la sociedad hacia mejores estadios culturales y económicos es sin duda la excesiva regulación que raya en lo absurdo y estúpido.

Las trabas, condicionantes y requisitos que imponen los funcionarios como una carga son en algunas dependencias e instituciones del gobierno, la causa por las que se abandone el propósito, se opte por el chanchullo o de plano por la violación a la ley, en vez de intentar siquiera salvar el obstáculo que representa la norma obsoleta y degradante.

La falta de resultados positivos en los proyectos, planes, estrategias y programas de gobierno se deben en gran medida a que la parte operativa está pensada para impedir su puesta en marcha, desarrollo y conclusión de beneficio haciendo de las buenas intenciones sólo un remedo de trabajo y una simulación de resultados.

Al final del sexenio, trienio o plan se rinden cuentas alegres no con los alcances y logros, sino con lo que dicta el sueño guajiro de quien todo logró al menos en el papel y la estadística y en consecuencia, se muestra dispuesto a seguir planeando y soñando y obteniendo impresionantes triunfos de a mentiras a costa de los ingenuos y del presupuesto.

Dicen en el ITEA que el 70 por ciento de la población indígena en Tlaxcala se encuentra en rezago educativo y por experiencia propia, pues me considero indígena y a mucho orgullo descendiente de la etnia náhuatl, la culpa no es de los indígenas, de su asentamiento geográfico, de su pobreza o de otras circunstancias, sino a la falta de respeto con la que esa institución se dirige y trata a los ciudadanos de ese sector.

Como consecuencia, en el ITEA habrá Instituto, habrá Tlaxcalteca y Adultos, pero no Educación si acaso entendemos este último concepto como cortesía, fineza en el trato, atención, servicio, disponibilidad y buenos modales. No la hay en su directora Maday Capilla Piedras si me deja con la mano tendida y la palabra en la boca cuando mi intención no era más que saludarla y hacerle algunos comentarios… como cualquier ciudadano.

México y sus deficiencias se dibujan de cuerpo entero ante el mundo y sin admisión de excusas con la actitud de algunos, por cierto, pocos, de quienes cobran en esa institución. Sin capacidad de razonar por sí mismos, sin la voluntad para solucionar el problema de otros, sin la visión para convertirse en entes de servicio, algunos empleados y mandos se transforman en diques de contención en donde nadie y nada pasa si no es con su ridícula aprobación y beneplácito.

En sí, algunos funcionarios del gobierno, empleados del pueblo, trabajadores del ITEA, son enemigos de la sociedad a la que debieran servir y se han puesto como meta oponerse a todo cuanto pueda solucionarse de manera pronta, eficiente, eficaz y respetuosa y tienen el compromiso de burlarse de los indígenas que tienen la desgracia de recurrir a sus empleados u oficinas.

Personalmente dije a un funcionario de la dependencia que en esas condiciones, con esas actitudes y con esa imagen y objetivo, el ITEA se convierte en el resumen de los absurdos, de la intolerancia, de la burocracia y negligencia. Eso lo reafirmo.

No por nada el rezago educativo, no por nada el analfabetismo en Tlaxcala, no por nada las quejas de las señoras y señores beneficiadas con el programa federal OPORTUNIDADES que ven ya hasta con miedo y resentimiento al personal del ITEA cuando acuden a cobrar su apoyo, mismo que les es reprochado por los asesores de esa dependencia estatal como si de ella provinieran los recursos o como si ese dinero les fuera descontado de sus salarios.

El ITEA es un lastre para el avance del país, para el desarrollo de Tlaxcala, para que los indígenas mexicanos y tlaxcaltecas dejen de se analfabetas y es el ejemplo de lo que no se debe hacer en ningún gobierno de ningún nivel.

La falta de educación, atención y voluntad de servicio son la característica de una dependencia que por su esencia, debiera ser propositiva y constructiva… no oportunidad y espacio para burlarse de la gente…

Incluso tales actitudes y trato hacia las personas podría traducirse en violación a los derechos humanos y discriminación. Al menos ese es el sentimiento de muchas de las personas con alguna experiencia en y con ITEA; cierto, nadie es perfecto, y también cierto, se puede mejorar y corregir… esa debiera ser la tarea.