*Bernardino Vázquez Mazatzi

Cuando un amigo se va…

A la memoria del colega Guatemalteco, César Augusto Chupina Melgar

Pocas veces me duele tanto la partida de un amigo, como la de César Augusto Chupina Melgar, periodista, dramaturgo, escritor pero sobre todo, amigo y gran ser humano, orgulloso hijo de la tierra de la marimba y el quetzal, Guatemala.

La muerte de este comunicólogo me afecta porque tuve el honor de tratarlo y de compartir los anhelos por la libertad creativa de expresión. Hablé con él de tantos temas en mi visita a su país cuando la Fundación Letras Libres de América me entregó el “Premio Latinoamericano Arte, Tolerancia Y Perseverancia 2012”, motivo por el cual me felicitó y hasta me entrevistó en Radio Faro Cultural FM, allá, en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.

Hablamos de tolerancia, de inclusión, de igualdad. Y coincidimos en la necesidad y urgencia porque el hombre se volviera humano, de que aceptara su igualdad frágil, quebradiza y mortal como método para alcanzar su identidad de ser finito y de caducidad garantizada.

Coincidimos totalmente en el abandono institucional a la cultura, en la ausencia de compromiso oficial por apoyar a los artistas y por difundir el arte, en la agresividad con la que a veces algunos funcionarios que viven del sector tratan a la cultura, al arte y a los creadores. Asentimos cuando concluimos que el poder y el sistema le deben mucho, muchísimo a las arte y a los que la producen.

Pero también concordamos en que la producción de las bellas artes y su difusión no deben ser el muro de las lamentaciones, sino acicate para seguir delante y demostrar al mundo y a nosotros mismos nuestra ilimitada capacidad de crear y de modificar el universo a voluntad. Eso creímos y por ello trabajamos…

Al morir, César Augusto Chupina Melgar ostentaba el cargo de Secretario de Cámara Guatemalteca de Periodismo, trinchera desde la cual difundió y defendió sus ideas y abrió el canal para hacer llegar su mensaje incluyente, tolerante y pacifista. Con él se fue la intención de hermanar a Guatemala con el estado de Tlaxcala, específicamente con la Unión Periodistas del Estado de Tlaxcala pues en mi estancia en ese país hablamos de intercambios. Ojalá alguien, en la memoria de Chupina, retome esa idea. Sería fabuloso.

Y también fue un excelente crítico y difusor del arte. Por ello trabajaba en Radio Faro Cultural. Promovía la música de marimba, la que lo enorgullecía y disfrutaba, promocionaba a los pintores y a los escritores. Quizá por eso me dijo: cuando escribas otro libro me dejas escribirte el prólogo. Le anuncié la conclusión de mi octavo libro y se emocionó cuando le pedí unas líneas para él y las escribió bajo el título “Las mujeres vistas por un príncipe”. Son esas sus letras postreras las que van a ver la luz en “Aurelia”, mi libro de cuentos que presentaré este mes.

Tal vez Chupina ya haya fallecido, pero eso no quiere decir que se ha ido… seguirá presente en quienes lo recordemos y entre quienes tengamos que agradecerle su amistad, su pensamiento claro, su humildad, su mente clara y lúcida y su ejemplo de tenacidad.

Vaya para su familia un abrazo fraterno y saludo solidario a la Cámara Guatemalteca de Periodismo.

*Escritor y Periodista