*Bernardino Vázquez Mazatzi

Indignante discriminación institucional

El domingo 01 de marzo del presente año, a las 16:25 horas inició un incendio de pastizales en la comunidad de Tlalcuapan, perteneciente al municipio de Chiautempan. Pudo iniciarse por una quema no controlada, tal vez algún maldoso le prendió fuego al pasto para divertirse y hasta pudo ser que el fuego se haya propagado por el sobrecalentamiento de la hierba. El caso es que esta situación puso en riesgo el patrimonio y la integridad de muchas personas...

Pero lo peor es que un incendio que no debió ser más que un incidente, en realidad puso en relieve la falta de humanismo de las instituciones supuestamente creadas para proteger y auxiliar a las personas, y demuestra además insensibilidad de los funcionarios y una lacerante discriminación institucional que cualquiera diría, no debiera existir.

Una vez declarado el incendio, toda vez que los vecinos de Tlalcuapan se dieron cuenta de que aquello iba a convertirse incluso en una tragedia, se dieron a la tarea de tratar de sofocarlo y, al mismo tiempo, alertaron a sus vecinos de la comunidad de Cuahuixmatlac ya que el viento soplaba de sur a norte y amenazaba con extenderse hasta esa comunidad.

Fue así como a partir de las 17 horas, ocho personas del lado de San Pedro y 16 del lado de San Bartolomé, con palas, zapapicos y ramas iniciaron el combate al siniestro que devoraba pasto, hierba, árboles de renuevo y zacate de milpa seca. En tanto, otros vecinos, de ambas comunidades, marcaban al servicio 066 informando del hecho y solicitando el auxilio de los bomberos, de protección civil y de la policía... Nunca dijeron que no... pero tampoco movieron un dedo para ayudar a los vecinos en sus momentos de angustia.

Tal vez no lo merecían... son gente de pueblo... o no era necesario... no hay ahí residencias ni vive algún funcionario público.

Quizá su grito de auxilio no merecía movilizar personas y equipo si, finalmente, no hay periodistas que den testimonio de la prontitud y eficacia de las autoridades, no hay ahí multitudes que aplaudan el cumplimiento del deber... o tal vez no haya mucho qué defender y proteger...

Fueron 12 llamadas telefónicas al sistema 066 en las que una voz decía conocer el asunto y aseguraba que el apoyo se brindaría "si es el asunto de Tlalcuapan ya van para allá: tengan paciencia" decía el aparato. Y de vez en vez solicitaba mayor información respecto a dónde queda ese pueblo, de la iglesia hacia dónde, cerca de qué o al lado de qué... como si el incendio no produjera humo que pudiera guiar a los bomberos.

Porque hasta donde se sepa, o al menos hasta este domingo uno de marzo, los incendios producen humo, y muchas veces este se alcanza a ver desde lejos. Al menos el de ayer sí producía humo. Y mucho. Y podía observarse no sólo desde cualquier punto de Tlalcuapan y de Cuauixmatlac, sino desde cualquier lugar de Chiautempan y del estado de Tlaxcala entonces, para qué preguntar más o menos por dónde se está quemando algo...

El fuego puso en riesgo a al menos cinco casas habitación. Y de no ser por la valiente actitud de hombres y mujeres, niños y ancianos, se hubiera perdido el patrimonio de esas familias. Lo que sí estuvo en riesgo fue la integridad de las personas que lucharon sólo con su deseo de preservar sus bienes...

¿Y de las autoridades? Bueno, se marcó el número telefónico de la Dirección de Protección Civil de Chiautempan, de la Dirección de Gobernación de Chiautempan, de la Policía Municipal de Chiautempan... nadie contestó. Se hicieron múltiples llamadas al 066 y hasta las 19 horas, cuando los vecinos lograron combatir el fuego no había llegado el auxilio solicitado y comprometido por quien ese domingo contestó el teléfono en el sistema 066.

En verdad es triste, vergonzoso e indignante que se den este tipo de formas de desprecio a los tlaxcaltecas que no son ni de primera ni de quinta, sino simplemente ciudadanos con todos los derechos a ser atendidos en una emergencia. Es decepcionante saber que en Tlaxcala, eso de la discriminación, es una lacerante realidad...

*Escritor y Periodista