Raymundo Pérez Romero

Las fiestas tlaxcaltecas

A pesar de ser uno de los estados más pequeños de la República Mexicana, Tlaxcala es uno de los más grandes en tradiciones pues en cada una de sus localidades se combinan las fiestas en todo lo que es el calendario civil por lo que de enero a febrero los eventos de corte social, religioso y laico se mezclan en muchos de ellos.

Entre los estudios formales que se han hecho en torno a ello de manera ex profeso son los estudios de antropología social que la Universidad Iberoamericana (UIA), la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han hecho estudios en comunidades de la entidad y han escrito los aspectos científicos de las ciencias y humanidades que perduran y que son dignos de recatarse para no dejarlos perder y con ello se consoliden los lazos de identidad que hacen sui géneris a una sociedad por los diferentes aspectos que la distinguen de otras más.

Uno de los elementos que nos hacen partícipes de ellos es la tradición, el haber heredado de nuestros antecesores costumbres, tradiciones y prácticas consuetudinarias a través de mitos, leyendas, narraciones y eventos vividos nos motivan a seguirlas y darles una significancia sobremanera que se hagan presentes y que se queden para la posteridad.

En este sentido cada uno de los que vivimos en este bello estado y que de una u otra manera acudimos a presenciar eventos que se llevan a cabo en los pueblos nos motivan a ser parte de la fiesta. Es de esta manera que podemos ver lo mismo disfrutar a los abuelos que  a los niños de los preparativos, de la fiesta en sí.

Cada una de las festividades que se tienen calendarizadas, sobren motivos diversos para hacer de ello un comelitón al cual arribarán personas de lugares cercanos o lejanos y que llegan con la intención de compartir de la sal y la pimienta de los alimentos que en muchos de los casos son tradicionales como el mole, arroz y tortillas, algo que caracteriza a las fiestas tlaxcaltecas.

A pesar que las fiestas duran varios días, los inicios de éstas siempre sobreviven gracias a la disposición de las personas en compartir de las fechas importantes que al estar presentes en los preparativos o vísperas, todos participan de los alimentos, de las bebidas que se dispondrán para el día de la fecha acordada y esperada.

Ya en plena fiesta, cada uno de los asistentes ya sean invitados de manera directa o indirecta se mezclan con los festejados y las felicitaciones se hacen a cada uno de los familiares que han preparado los alimentos de manera esmerada, que han hecho hasta lo imposible para que el evento sea del gusto de todos.

Uno de los hechos que se presentan comúnmente es el asistir a los eventos religiosos, hecho al cual pocos de los invitados acuden temprano y algunos de los familiares con su tardanza llegan a medio oficio o al final, para tomarse las fotos con el festejado, una vez cumplido ese primer paso, el siguiente es acompañar al honrado hasta el lugar de la fiesta.

Una vez que llegan todos los invitados deseados por el festejado y algunos más que se pegan a esta “gorrita” la fiesta comienza, como en casi siempre, con la compartición de los sagrados alimentos, ahí es donde se reúnen más personas a compartir de la felicidad de los anfitriones.

A medida que pasa la fiesta los invitados y familiares se reúnen en torno a la música, el pastel y otras cosas que se tienen como una cotidianidad para pasar el rato de felicidad, así a medida que la noche cae la fiesta comienza a ser más “buena” pues con la llegada de las bebidas preparadas o dispensada sobre las mesas del salón se comienzan a consumir y ello pasa a otro nivel, el del baile.

Una vez que el bailes hace del acompañamiento de música, el clímax tiene su etapa de decadencia, la familia tiene que comenzar a recoger lo que se quedó sobre las mesas, preparar alimentos para cenar y así entre otras cosas como limpieza y dejar limpio para el otro día, el recalentado.

Ya con tres o más días de evento festejado, viene el compartir con los familiares cercanos y padrinos el recalentado y de esta manera pasa un día más que es de estar compartiendo alimentos y bebidas así como el preparativo de los tradicionales “itacates” que son los presentes para los familiares cercanos y padrinos quienes acompañaron al festejado y a los padres en la fiesta de cerca de tres días, en donde al final quedaron recuerdos bonitos que perdurarán por mucho tiempo en la memoria de la comunidad que acudió a disfrutar de la fiesta.

Es de esta manera como en Tlaxcala conviven los aspectos laicos, civiles y religiosos de una fiesta que según en palabras de Hugo G. Nutini “todos pueden ser mis compadres” ya que para las fiestas no son necesarias las fechas anuales, sino las que se van presentando mes con mes o que por estudios, por actos de construcción o de corte social que vienen a hacer lazos de apoyo que perduran y que por la misma tradición seguirán conservándose por la idiosincrasia de los tlaxcaltecas, ser un pueblo anfitrión que recibe con los brazos abiertos a todo aquel que toque tierra tlaxcalteca.