Ayotzinapa: ¿Por qué tenía que ser así?

* Bernardino Vazquez Mazatzi

La muerte de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, Guerrero se veía venir. Para algunos analistas una tragedia de esa magnitud sólo era cuestión de tiempo. Se estaba cocinando esta masacre en los rescoldos de la impunidad, de la violencia generalizada, de la corrupción en todos los niveles del gobierno y en la infiltración de los cuerpos de (in) seguridad de esa entidad.

Los jóvenes fueron, simplemente, la carne de cañón. A los muchachos los fueron orillando, arreando, induciendo, encaminando al matadero; sólo faltaba la chispa que hiciera estallar el polvorín a descubierto que representa la falta de gobierno, de ley y de justicia.

A los estudiantes los dejaron actuar fuera de la ley. Deliberadamente provocaron su ira y la falta de un interlocutor válido, útil e inteligente los condujo a la desesperación, a sentirse burlados, a actuar de tal forma que los hiciera aparecer ante la opinión pública nacional como delincuentes, seres carentes de capacidad para razonar, dialogar y llegar a acuerdos.

La violencia en la que los obligaron a desenvolverse no es culpa de ellos, sino de las autoridades que los ignoraron a propósito. El gobierno de Guerrero deliberadamente minimizó sus demandas y satanizó sus movilizaciones, les cerró los espacios de dialogo, los confrontó con la sociedad y los exhibió como gente incapaz de conducirse con respeto.

Los oídos sordos, la arrogancia, la prepotencia e ignorancia del poder orillaron a los jóvenes a actuar como lo hicieron y, al mismo tiempo, los preparaba para una muerte como la que encontraron. Si alguien lo preparó de esa forma su plan le salió macabramente perfecto.

Las declaraciones del gobernador Ángel Aguirre Rivero dan asco. La imagen demacrada de un individuo tratando de explicar el origen y las causas de esa tragedia nacional y global provocan la ira irrefrenable de toda la nación…

Ahora, no es que el titular del desgobierno de esa entidad en donde la paz, el orden y la ley son fallidas deba irse o no. En realidad nunca debió llegar, no era necesaria su presencia trágica y sangrienta. En realidad el gobernador ya se fue y ni se ha dado cuenta. Y si se vuelve ver su sombra ignominiosa no será porque hace falta su presencia, sino porque fue llevado por la justicia para responder por lo que ocurre en Guerrero y por la muerte de quienes tuvieron la osadía de pedir y exigir sus derechos.

Por otro lado, creo, el gobierno federal tiene culpa de omisión por retrasar tanto su presencia en ese estado en donde desde hace tiempo se tenía como cierta una situación de ingobernabilidad y la penetración de la delincuencia en diversos niveles de gobierno y en “la mayoría de los municipios del estado de Guerrero”, según declaraciones del perredista que despachó en el palacio de gobierno pero que no gobernó.

Ahora se le pregunta al gobierno de Enrique Peña Nieto por qué hizo tangible la burlona frase de “tapar el pozo cuando niño se ha ahogado”. Ya para qué tanto alarde de presencia federal en Guerrero si de lo que se trataba y se trata siempre es de evitar o prevenir no de remediar y de lamentar.

México, América Latina y el mundo entero se encuentran horrorizados no sólo por la cantidad y la forma en que perdieron la vida los jóvenes, sino por la tardía y equivocada respuesta de los gobiernos estatal y federal a una situación que pudo ser manejable, prevenible, evitable, innecesaria… la sociedad mexicana no debe conformarse con explicaciones, sino exigir el castigo a los culpables y la creación de estrategias que impidan que se repita una situación similar.

Hay problemas nacionales que exigen soluciones, hay pendientes que demandan la respuesta concreta y puntual del Estado y hay situaciones como las de los anarquistas violentos o los actos irracionales de los integrantes de la sección 22 de la CNTE que deben encontrar respuesta pacífica.

La violencia irracional, las matanzas, la indiferencia gubernamental, la arrogancia del poder y la represión no son la opción. La matanza de jóvenes es injusta, injustificable… señores del gobierno ¿Por qué tenía que ser así?...

* Escritor y Periodista