*Bernardino Vazquez Mazatzi

¿Qué demonios es la izquierda?

Nadie me quita la idea de que los políticos son malos gobernantes y que los gobernantes son pésimos políticos.

Los ideólogos hablan del espíritu que anima la creación de los partidos políticos y en sus estatutos plasman todo un catálogo de buenas intenciones, mismas que serán sepultadas por la terrible realidad de este nuestro México sobrado de ellos.

En el mundo idealizado de los ilusos, la creación de nuevos institutos políticos tiene como objetivo salvar a la patria, exhibir los abusos y atrocidades de los existentes y ser el ejemplo universal de que sí se puede ser honrado, educado y trabajador en beneficio de la democracia.

Pero oh, decepción: en corto plazo tanto los militantes como esos teóricos alborozados se dan cuenta de que los seres humanos son iguales en los partidos de tres, dos, uno o más colores y que una vez en el poder, su forma de gobierno y de servir es exactamente el mismo; no existe la más mínima diferencia de administrar los recursos y tratar a la gente en ninguno de los muchos partidos que el pueblo tiene la desgracia de mantener.

Los partidos que hoy se pelean como fieras el poder, le venden al elector la idea de que son diferentes y que por venir del pueblo van a respetar sus derechos. Se dicen escandalizados por los abusos de los que ya gobernaron y de los que ahora están en la cima y prometen, como todos, un cambio, mismo que, como sus estatutos, son sólo un catálogo de buenas intenciones.

Y cualquiera que escuche esa demagogia trasnochada les cree por las siguientes razones: porque el pobre elector confía en que el que le habla sabe lo que dice, porque no le queda de otra, porque no le da la gana de discutir y porque escucha que es de izquierda.

A la larga, ese partido y los entes surgidos de él y llevados al poder, simplemente gobiernan a como les da la gana y de acuerdo a su prepotencia e ignorancia sin tener la más mínima idea de lo que es la ideología de la izquierda con la que debieran gobernar.

En los ayuntamientos, la ineptitud, la incompetencia, la corrupción, el abuso del poder, la desidia, la inactividad, los pleitos con los integrantes del cabildo, las luchas internas de los allegados al edil que se pelan primero por ganar la competencia de ver quién le pega más fuerte al presidente y quién es el que mejor le hace la barba y el despotismo con el que tratan a la ciudadanía son el común denominador. No importa del partido que sean.

A la hora de servir al pueblo, cuando han de pagarse las cuotas partidistas, cuando se trata de pagar los favores, cumplirle al compadrito y al dirigente y líder y acomodar a la parentela, ya no se cuidan las formas y se coloca en las direcciones administrativas no a quien cubra el perfil, sino al recomendado. No importando el partido o municipio: en todos ocurre.

A ocho meses de gobierno en los municipios los problemas de gobernabilidad, de rendición de cuentas, de reparto del poder y la ausencia de resultados y el incumplimiento de promesas son la constante no importando que el edil haya surgido del partido de centro, de derecha o de izquierda. Es en todos igual.

Nada tiene que ver que la izquierda haya vociferado, se haya rasgado las vestiduras, haya hecho acusaciones al mayoreo y hasta haya prometido la cárcel y el infierno o la cacería de brujas al llegar al gobierno municipal, pues ya en la realidad, se le ha olvidado la tendencia ideológica y gobierna como sus antecesores: mal.

Vienes las elecciones intermedias. Y nuevamente los partidos diferentes al PAN y al PRI se van a alzar con la bandera de la izquierda aunque no tengan la más mínima idea de lo que ello sea.

En una verdadera democracia, la izquierda es vital, fundamental, necesaria, urgente… pero no esa izquierda de papel, de a mentiras y de puras buenas intenciones.

A la izquierda mexicana y en especial a la dicen que existe en Tlaxcala le hace falta que el elector conozca qué es eso para que le represente una alternativa, una opción o una posibilidad, de otra forma la sociedad seguirá preguntándose qué demonios es eso a lo que le llaman izquierda.

*Escritor y Periodista