Juventino Villegas

Marco Antonio Mena, un sonoro fracaso pese a la expectativa levantada

Tal vez la parte más delgada del hilo reventó en el diputado priísta Marco Antonio Mena Rodríguez, quien a sus 48 años de edad, comenzó a dar muestras de un deterioro tan marcado, como lo ha sido la merma en la convocatoria sobre sus compañeros de partido en el Congreso.

Su estado anímico no se debe nada más a la pérdida de presión de don Mariano González, más bien es un sentimiento de culpa por desaprovechar la oportunidad que tuvo al frente de la Junta de Coordinación Política del Congreso.

Dispuso de dinero y estructura para hacer invulnerable la mancuerna con el Ejecutivo local, pero lo malgastó en un prolongado festín con la consecuente devaluación de lo que los primeros años de gobierno parecía una de las fichas de González Zarur, reservando su inclusión en el grupo de élite donde se advertían movimientos trascendentes para este sistema.

No pudo reponerse ante la cercanía que el ex secretario de Planeación y Finanzas, Ricardo García Portilla, siempre tuvo con el ciudadano gobernador.

Si no fuera por el novedoso retorno de su hermano Fabricio, al nuevo Comité de Administración en manos del tricolor José Javier Vázquez Sánchez, poco se hablaría de la familia Mena en el Legislativo, lleno de cambios como no los imaginaban al inicio de la Legislatura.

Aguilar y sus dudas por el uno

Dos veces negó el presidente huamantleco, Alejandro Aguilar López, su interés por inscribirse en el proceso panista de selección, con miras a las elecciones del siete de junio. La primera con el presidente estatal del PAN y la segunda con la misma senadora Adriana Dávila Fernández.

Fueron vistos en La Escondida, por ahí del 26 de diciembre de 2014, acordando que Orlando Santacruz sería candidato de unidad.

Y derivado de ese pacto, el ex munícipe apizaquense se dedicó a reunir las firmas necesarias para su registro.

Pero hoy, junto con su suplente José Félix Solís, se dedica a encuadrar un expediente con el cual podrían tirar su eventual candidatura, por la ventaja que implica seguir en el poder disponiendo de recursos para apuntalar su imagen.