#HagámosloNosotros

La apuesta por la transformación política encuentra su mayor aliado en el campo de lo cultural. Si no se da la batalla cultural se puede perder la batalla política.              Carlos Monsiváis.

En esta ocasión quiero dirigirme a los jóvenes de nuestro estado, y porque no decirlo a cada joven en nuestro país. Los que se sienten defraudados, poco representados y hasta burlados por sus gobernantes y el sistema político de nuestro país.

En tiempos en los que nuestro país de polo a polo está sufriendo, podría hablar de muchas tragedias que de sobra conocemos y lamentamos.

Es importante mencionar que el día hoy México sufre dolores porqué está dando a luz una nueva generación de líderes. Que entiende que los clamores de oprobio en la sociedad no cesaran hasta que figuras como la Corrupción,  la Deshonestidad y el Cacicazgo Político, Sean arrancados de raíz por nuevos líderes que hagan de la Educación y la Cultura su estandarte, que pongan a las nuevas tecnologías como su mejor aliado y ante todo una enorme sensibilidad ante  los problemas e injusticias.

Nuestros ideales serán, Transformar la Cultura política de nuestro país y nuestro estado. Necesitamos líderes que promuevan más transparencia y rendición de cuentas y menos corrupción, más aplicación de la ley y menos impunidad, más ciudadanía y menos gobierno, más distribución de la riqueza y menos privilegios, más conciencia y menos resentimiento, más cuidado del entorno y menos apatía y negligencia, mas educación y cultura y menos ignorancia y desinformación.

Nuestro objetivo no es solo crear una mejor nación para las nuevas generaciones, si no que esas nuevas generaciones de mexicanos y mexicanas sean educadas para  convertirse en agentes de transformación de la sociedad que participen activamente en la transformación política, ideológica y cultural de nuestro Estado.

Me preguntan ¿cómo lo lograremos? Y la respuesta los tlaxcaltecas la conocemos y la hemos entonado en muchas ocasiones. Será a través  de Nuestro Esfuerzo, Nuestro Trabajo y Nuestra Fe.