La imagen de dos charros con una capa anaranjada, uno de ellos en silla de ruedas, circuló en redes sociales hace unos días y llamó la atención de los internautas que no dejaron de comentarla y aplaudir la escena que correspondía a padre y a su hijo, desafortunadamente el primero falleció víctima de Covid hace casi tres años.
La gráfica corresponde al carnaval previo a la pandemia y refleja una imagen que era común en el municipio de Papalotla, ya que el señor Simón se disfrazaba junto a su hijo cada año de charro y salía a bailar por las calles.
Y es que Simón Saucedo Muñoz inculcó a su hijo Julio el gusto del carnaval a pesar de que su hijo tenía capacidades diferentes.
A don Simón se le recuerda como un hombre luchador que se desvivía por su hijo y no se separaba prácticamente de él, por lo que era común verlo en distintos lugares de este municipio.
Simón Saucedo, amaba tanto a su hijo que la discapacidad que sufría, no era impedimento para inculcarle el gusto por sus raíces y costumbres, una de ellas el carnaval.
Originarios de Papalotla, padre e hijo salían a disfrutar del carnaval, disfrazados de charros, Julio el hijo, en una silla de ruedas y su padre, Simón todo el tiempo junto a él, alentándolo a participar.
Desde pequeño Julio tuvo su traje de charro y durante poco más de 30 años, Simón y su hijo salían a las calles de Papalotla a disfrutar del carnaval siendo partícipes de esta tradición.
Pero desgraciadamente, la pandemia de Covid-19, le arrebató la vida a don Simón, a los 56 años, en el año 2020, por lo que Julio quedó al cuidado de su madre.
Doña Jose, hermana de Simón y tía de Julio, lo recuerda con cariño como una persona muy amable y un gran hermano, pero sobre todo un gran padre, que se desvivía por su hijo y que lo cuidó siempre, razón por la cual le admiraba.
Asimismo, contó a este medio de comunicación que Simón, quién era director de primaria, además de comerciante, siempre procuro a su hijo y buscó todas las alternativas posibles para poder curarlo.
Su búsqueda lo llevo incluso a viajar a Cuba para que recibiera una terapia, con la esperanza de que se curara, aunque no fue así, nunca dejó de buscar alternativas para su hijo.
Doña Jose, con la voz entrecortada, reflejo de su dolor, nos contó que su hermano Simón cuidó de su hijo durante 15 años y que como tía, siempre le decía a su sobrino que quisiera mucho a su papá, porque el día que le faltará no iba a encontrar quien lo quisiera más que él.
Doña Jose describió a su hermano, como una persona amable, sencilla y agradable, lo cual lo convertía en una persona inolvidable, a quien recuerdan con mucho cariño.
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