En unas pocas semanas, Tracey McCann vio cómo los moretones a los que estaba acostumbrada por inyectarse fentanilo comenzaron a endurecerse hasta formar una especie de armadura de costras y tejido ennegrecido; había algo dentro de sus dosis que le causaba a ella y a otros consumidores dolorosas heridas en piernas y brazos que, eventualmente, terminan en amputaciones.
“Tranq” o “droga zombie” son los nombres que en las calles recibe la xilacina, un tranquilizante de uso veterinario que recientemente se ha empleado para aumentar la producción ilegal de fentanilo, lo que hace su impacto más devastador, de acuerdo con un reportaje del diario The New York Times.
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https://www.animalpolitico.com/sociedad/fentanilo-discapacidad-pandemia-silenciosa-estados-unidos
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