La elección del 2 de junio dejó importantes lecturas para todos los actores y participantes involucrados, sobre todo en los Ayuntamientos, donde muy pocos candidatos contrarios a los designios de Palacio de Gobierno lograron el objetivo.
Pese al tsunami electoral que de nueva cuenta fue Morena a nivel nacional y los altísimos márgenes de votación que alcanzaron los candidatos a los diferentes cargos de elección en las campañas federales, en el plano local, sobre todo en los Ayuntamientos, la situación no fue tan fácil.
Sin duda, una de las elecciones que más llamó la atención fue la de Huamantla, donde de nueva cuenta Chava Santos, abanderado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), le ganó a Morena y mantuvo ese bastión para su causa.
Y es que en este municipio más que en ningún otro, el gobierno del estado vía la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Guardia Nacional y hasta la Marina estuvieron metidos de lleno favoreciendo a su candidato Carlos Pimentel.
En esta elección, hay que decirlo, no solo bastaba el buen trabajo realizado por Chava Santos durante más de 2 años, ni la operación política, ni el apoyo mayoritario de los huamantlecos. Para ganar esta contienda se requirió de creatividad, valentía y mucha, pero mucha estrategia.
La elección de Huamantla es un buen referente para un futuro, pues aquí, literalmente fue una batalla de David contra Goliat, y el ganador alcanzó la Presidencia Municipal contra viento y marea.
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