Posterior a la Semana Santa, las campañas políticas se intensificarán en actividades proselitistas y contrastes. Tras culminar marzo, el mes de la mujer, el gran reto es atraer la simpatía de las mujeres y por supuesto el voto, incluso recurriendo a la astucia declarativa de “conformar organizaciones de mujeres feministas” en donde solo tienen lugar los grupos de mujeres activistas partidistas promotoras de las plataformas electorales registradas ante la ley y las propuestas de las candidatas y candidatos.
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