Como cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, las calles se pintan de color morado demandando equidad, respeto y justicia, por parte de niñas, jóvenes y mujeres que claman por una vida libre de violencia y con igualdad de oportunidades.
Lamentablemente, esta marcha suele salirse de control debido a grupos infiltrados de choque que logran romper la estabilidad de la manifestación confrontando a la autoridad, incitando a las riñas entre las asistentes, y agrediendo al comercio, haciendo perder el espíritu de la misma, que es visibilizar la falta de políticas que garanticen su integridad y su derecho al desarrollo integral.
En ese sentido, gobiernos de todos los niveles para “salvaguardar” el patrimonio municipal, colocan varias líneas de defensa, una por vallas metálicas, otra por policías equipados con gases lacrimógenos, y hasta binomios caninos, que solo provoca a los grupos radicales que acompañan la marcha.
Sin embargo, en Huamantla es diferente, aquí no hay choque o represión, mucho menos provocación, todo lo contrario, es la policía municipal quien escolta al grupo de mujeres que sale libremente a ejercer su derecho a la libre expresión; y si su forma de hacerlo es colocando pintas en la Presidencia Municipal o en las Letras Monumentales Turísticas, lo pueden hacer sin miedo de ser violentadas.
La actual administración sí ha mostrado más empatía con las mujeres y ojalá así fuera en todas, lamentablemente prefieren invertir más en líneas de contención que solo hiere a un sector que sí necesita protección.
El movimiento del 8M no debe ser separatista como algunas dicen, pues también hay hombres que siguen buscando a su esposa, hija, o madre; o que solo buscan sumar a este movimiento a favor de las mujeres porque son conscientes de que gracias a una mujer están aquí.
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