Durante años, Tlaxcala ha cargado con el estigma del chiste: “¿Tlaxcala? ¿Existe? ¿qué no es Puebla”. Una broma que hace reír a muchos, pero que en el fondo oculta un desconocimiento profundo sobre uno de los estados más ricos en historia y tradición de México.
Y bueno: Tlaxcala sí existe y esa frase se ha convertido hasta en el slogan del estado, que esta semana ha llegado por primera vez a Madrid, España, donde se presenta por todo lo alto en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) 2025 con su gran oferta turística y cultural.
Huamantla y Tlaxco son los municipios que llegaron al FITUR como el estandarte de lo que Tlaxcala tiene para ofrecer.
En el caso de Huamantla, Pueblo Mágico, no es una fantasía ni un invento reciente para llenar un mapa: este es un lugar donde las calles se convierten en lienzos cada agosto, gracias a sus alfombras de aserrín, una tradición tan impresionante que logró un Récord Guinness.
Aunque hay quienes aún insisten en preguntar: “¿Dónde queda eso?”. A esos, Tlaxcala les responde con talleres de arte efímero y exhibiciones de una destreza artística de los artesanos huamantlecos que ni los grandes museos europeos podrían replicar.
La Casa de México en Madrid es el escenario donde Tlaxcala muestra lo mejor: títeres que cuentan historias de generaciones, talleres de gastronomía que dejan claro que el mole prieto no tiene nada que envidiarle a los platillos gourmet, y minialfombras que llevan el alma huamantleca en cada grano de aserrín.
Pero no todo son tradiciones. Para los amantes de la adrenalina, se ofrece La Huamantlada, la capea más grande del mundo. ¿Encierros al estilo Pamplona? Claro, pero con ese toque mexicano que combina caos, color y alegría. Así que, si alguien se atreve a decir que Tlaxcala no tiene emoción, que venga a Huamantla.
Y qué decir de Tlaxco, el segundo Pueblo Mágico de Tlaxcala, destino turístico que cuenta con una arquitectura colonial, paisajes montañosos y festividades variadas, que llama al confort y al disfrute visual con sus iglesias centenarias.
La presencia de Tlaxcala en el FITUR es un recordatorio de que este estado no necesita gigantescas playas o rascacielos para brillar. Su fortaleza radica en su autenticidad, en lugares como Huamantla y Tlaxco, donde cada tradición tiene raíces profundas y cada fiesta es un espectáculo que cautiva los sentidos.
Así que sí, Tlaxcala existe y está en el FITUR 2025 para demostrar que un estado pequeño puede tener un impacto gigantesco cuando sabe cómo contar su historia.
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