La mafia de la política

Bernardino Vazquez Mazatzi

La caída de dos grandes de la delincuencia organizada mexicana no tuvo el mismo impacto entre la sociedad o quizá, los medios de comunicación, sobre todo los serviles, le dieron diferente tratamiento buscando minimizar la importancia que no obstante tener la misma, fue difundida con menor algarabía y con cero presuntuosidad de triunfo.

Tal vez la captura de Joaquín Guzmán Loera el Chapo y la del ex dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés tuvo diferente impacto porque la reaprehensión del capo se dio en México, en donde el régimen requería urgentemente reflectores y de distractores y el otro fue en España, aunque eso no le quita que el peso de los dos personajes es enorme por cuanto a delincuencia organizada se refiere.

Para la captura del ex máximo dirigente del partido actualmente en el poder tanto en México como en Tlaxcala, debió haber el mismo júbilo, el mismo ímpetu de las autoridades y hasta los mismos mensajes a la nación a través de la red presumiendo la misión cumplida, lo tenemos, hemos capturado a otro de los más peligros delincuentes: Humberto Moreira Valdés, ex gobernador de Coahuila y jefe de la mafia en el estado al que dejó en la ruina y uno de los más buscados.

Pero no habría por qué echarle más sal a la herida, no había ninguna necesidad de darles armas a los críticos del poder y del partido. Así es que, de haberse podido, hasta se hubiera ocultado a la sociedad ese hecho que lastima profundamente al PRI en un año electoral en que ese partido está en el ojo del huracán y en la animadversión de la sociedad.

Sin duda la captura de uno de los más corruptos y saqueadores gobernadores del país y del PRI es un golpe para las aspiraciones de muchos candidatos del tricolor. La sociedad no va a poder ni querer olvidar ese agravio a la nación al momento de depositar su voto en las urnas. La sociedad se siente ofendida por gobernadores como Moreira que rindió cuentas de un estado ubicado en otra galaxia y presumió de logros que sólo en su mente enferma existieron.

Pero, por desgracia, este caso de abuso de poder y de enriquecimiento ilegal no es la excepción, sino la regla, y no solo de los gobiernos estatales y municipales del país y no únicamente de los funcionarios emanados del PRI, sino hay casos en todos y de todos los partidos. El que esté libre de corrupción que arroje la primera crítica aunque eso es como el mal de muchos y el consuelo de tontos.

En realidad los gobernadores sin escrúpulos y con ansias de poder y dinero provienen de todos o los partidos y con la alternancia han dejado de estar bajo control. Y la sociedad, los mexicanos en general, no contamos con un método confiable e infalible para evitar la llegada de delincuentes al poder así es que el riesgo de elegir a muchos corruptos y delincuentes en las elecciones de este año es mucha…

Y ni modo de confiar en los partidos políticos, en esas organizaciones plataformas de lanzamiento de verdaderos jefes de plaza de la mafia que no se conforman con vivir como reyes en un pueblo empobrecido sino hasta de beneficiarse con los delincuentes que ponen como candidatos.

Los partidos son buenos para declarar victoriosos a todos sus candidatos ganadores pero a la hora de rendirle cuentas a los mexicanos respecto a la basura que pudieron en el poder entonces cobardemente se dicen los primeros sorprendidos e inician la letanía del yo ni lo conozco ni lo puse ni lo aceptaría jamás en mi partido, digo, si es que tienen cara que dar.

El sistema de justicia en México no se le debe olvidar que hay muchos capos peligrosos de la delincuencia política sueltos… ojalá no vayan a esperar que los capturen en España…