* Juan Javier Potrero Tizamitl
Emiliano Zapata, un ideal vigente

Emiliano Zapata Salazar pertenece a los hombres que han pasado a la historia por defender los intereses de los que menos tienen y mantenerse fiel a sus ideales, sin importar las condiciones que les tocó vivir y los intentos por desviarlos de su camino.
Este diez de abril se cumple un año más de su muerte ocurrida en 1919, no obstante a tantos años de distancia sigue siendo una figura vigente para las luchas contra la desigualdad y pobreza, así como todos aquellos que creen posible un mundo con mayor equidad.
Pese a que el México que le tocó vivir a Zapata dista mucho del país que es hoy, este líder campesino sigue siendo uno de los asistentes fieles en los movimientos de grupos que dicen reclamar justicia e igualdad.
En ese sentido, la esencia del pensamiento Zapatista sigue y seguirá vigente al ser un referente que va más allá de los reclamos de justicia agraria y reparto de tierras, sino como la lucha por lograr la mejora de los condiciones de los grupos sociales desprotegidos.
Los problemas agrícolas de México son diferentes de los de inicios del siglo pasado, pero siguen siendo lacerantes y se ensañan con un sector agrícola desprotegido del cual dependen miles de familias y sólo favorecen a los grandes capitales.
Los problemas de concentración de la tierra y la explotación de quienes la trabajan, han sido sustituidos por la descapitalización de los pequeños productores que practican una agricultura de subsistencia y que ha llevado a la baja campesinos.
La falta de políticas para mejorar las condiciones de vida de los pequeños productores que basan su subsistencia en sus cosechas, es una constante en nuestro país.
Los programas y apoyos son sólo paliativos y muchas veces van dirigidos a los grandes productores, en este punto encontramos la inequidad de la concentración de la riqueza en unas cuantas manos, mientras muchas no tienen nada o casi nada.
Esa es la inequidad contra la cual peleaba el llamado “Caudillo del sur”, cuya imagen en blanco y negro sigue siendo el aliciente de las luchas de las nuevas generaciones.
Nacido en Anenecuilco, Morelos, un ocho de agosto de 1879, su origen campesino lo  acercó a los problemas de este sector y su decisión lo llevó a ser uno de los líderes militares más importantes de la Revolución Mexicana.
Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, sus primeros años de vida transcurrieron en el latifundismo alimentado por el régimen de Porfirio Díaz, el mismo al que combatió por muchos años mediante el movimiento armado.
Trabajó como labrador y arriero, su destreza en el manejo de los caballos fue ampliamente reconocida.
En 1909 fue elegido como jefe de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, desde donde se daría cuenta de los atropellos de los derechos de los pueblos y sus propiedades.
Por ejemplo, mediante el análisis de documentos se dio cuenta de que los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras que databan del virreinato habían sido negados por las Leyes de Reforma, lo cual fue aprovechado por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban.
Tras incorporarse a la lucha armada de la revolución que buscaba reivindicar los derechos agrarios, el 25 de noviembre de 1911, Emiliano Zapata lanzó el denominado Plan de Ayala, que reflejaba su ideología y de los campesinos morelenses, así como del país.
La redención de los indígenas y la repartición de los latifundios creados durante el porfiriato, así como el desconocimiento de Francisco I. Madero como presidente fueron parte del Plan de Ayala.
En el documento, Zapata señalaba que en virtud de que no se había cumplido con lo prometido a los campesinos de México, la lucha armada era el único medio para obtener la justicia que demandaban.
Recordar a este hombre precisamente en el día en que una traición provocó su muerte, es precisamente para poner de manifiesto que los ideales no acaban cuando mueren quienes los defienden y los siguen, por lo que recordarlos y tomar su ejemplo para ajustarlo a las luchas actuales, es el mejor homenaje que puede hacerse.

• Diputado integrante de la LX Legislatura