Este libro que me honro en comentar en este espacio se publicó en el marco del 495 aniversario de la fundación de la ciudad de Tlaxcala y representa una excelente oportunidad para acercarse a los hechos que construyen el progreso de una nación y de Tlaxcala. Al adentrarnos en sus páginas Luis Pérez Cruz deja en claro el propósito central de la obra: reconocer el trabajo realizado por Miguel Lira y Ortega (1827-1882) y las preocupaciones de su tiempo, que sin duda marcaron el legado que dejó no sólo para Tlaxcala sino para el país.
Desde mi punto de vista el liberalismo y la soberanía se convierten en el hilo conductor de esta obra, y es a través de la figura de Miguel Lira y Ortega que se configura una visión más cercana al hombre que encarnó los ideales humanistas, que orientaron su condición de personaje público para trascender los límites de su propia individualidad.
Ahora bien, diría yo que esta obra constituye un esfuerzo importante por su claridad, su sentido crítico y consistencia para destacar el pensamiento de una figura tan genuina con la de Miguel Lira y Ortega.
El libro que está dividido en 4 temas argumentativos:
Al explorar el libro, se entiende la necesidad de aclarar lo que es el liberalismo como sistema filosófico, político y social, así como su adaptación al contexto del México del siglo XIX, Luis Pérez Cruz por compromiso con su obra, realiza una revisión pormenorizada y exhaustiva de las fuentes historiográficas que estudian las diferentes manifestaciones del liberalismo, del que posteriormente se habrá de valer para explicar el papel trascendental de Miguel Lira y Ortega.
Considero que es en el primer apartado del libro donde su autor muestra el oficio del sociólogo y del historiador para exponer de una manera muy clara y atraer la atención de sus lectores para identificar las tres manifestaciones del liberalismo: una relacionada con la necesidad de la construcción de una identidad nacional, otra como expresión del federalismo y una última como aspiración legítima del pueblo.
De este modo, cuando nos acercamos a la figura de Miguel Lira y Ortega nos queda claro que el liberalismo radical que sostiene, se enfoca en dos aspectos como apunta el autor: uno es la soberanía y el otro el papel activo del municipio.
Entre 1857 y 1881 Lira y Ortega tiene una presencia fundamental en la vida política de Tlaxcala, y el libro nos acerca a su trascendental influencia para trazar los destinos de la entidad en el convulso e inestable contexto nacional.
En el desarrollo del texto, Luis Pérez de manera muy acuciosa nos remite a pasajes de la historia que serán determinantes para comprender la lucha de Miguel Lira y Ortega por traducir sus ideales en acciones concretas desde el ámbito institucional.
La sucesión de gobernadores, las emergencias ocasionadas por la intervención francesa, la incertidumbre y la inseguridad, así como la falta de identidad nacional motivaron la necesidad de establecer el orden y la paz que merecía el estado.
Uno de los aspectos más interesantes que atrae el texto es la posibilidad de comprender desde nuestra posición de ciudadanía las bases fundamentales del liberalismo de Lira y Ortega, y desde mi apreciación tiene algunas semejanzas con aquel discurso pronunciado por Gabino Barreda el 16 de septiembre de 1867 en la Oración Cívica, atendiendo al llamado de Benito Juárez como presidente de México. Viene a cuenta el discurso de Gabino Barreda ya que enuncia que el liberalismo, representaba una expresión del espíritu positivo, la divisa de Barreda es que la libertad es el medio, el orden es la base y el progreso es el fin. Ideas que compaginan mucho con la visión de soberanía y municipios de Lira y Ortega, por lo que en la obra aparece como un hombre adelantado a su época.
Desde su visión, lo fundamental consistía en preservar la autonomía como pilar de la comunidad, cultura local, combatir la pobreza del pueblo tlaxcalteca, evitar en lo posible la reproducción de un sistema económico injusto, además de observar en la soberanía y el municipio, que el progreso se gesta con el impulso de reformas que terminaran con los privilegios de pequeños grupos.
En su segunda gestión como gobernador (1877-1879) logra fortalecer la institución municipal mediante la creación de reglamentos y leyes entre las que destacan:
Lira y Ortega tenía una idea muy clara del liberalismo radical como instrumento ideológico, político y social en el que los gobernantes deben seguir sus acciones por principios que tengan como fin último el bien común o bienestar, teniendo como único objetivo servir al pueblo y no a intereses personales.
Uno de los principios que este libro deja ver es la lucha por la libertad y la igualdad radica en dotar a los ciudadanos del valor para defender su territorio y su autonomía.
Sin duda esta obra constituye un convite para explorar sus páginas y conocer una parte de nuestra historia como lo señala Armando Fuentes Aguirre no desde la mirada oficial y burocrática, y apunta “si no conocemos la verdadera historia de México no podemos conocernos a nosotros mismos”. No me resta mas que reconocer el arduo trabajo de Luis Pérez Cruz por el compromiso y empeño para la preparación de su obra, e invitar a quienes se aproximas a estas páginas para disfrutar de: Miguel Lira y Ortega: El romántico liberalismo radical.