La Agenda 2030 en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 Educación de Calidad, plantea a través de 5 metas de aquí a 2030, asegurar una enseñanza gratuita, equitativa, de calidad y producir resultados de aprendizaje pertinente y efectivo; acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación, asegurar el acceso igualitario a una formación técnica, profesional y superior de calidad, acceder al empleo, trabajo decente y el emprendimiento.
A sí mismo, eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de los adultos, tanto hombres como mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética, que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, mediante la educación para el desarrollo sostenible, derechos humanos, igualdad de género, cultura de paz y no violencia, la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Es en este sentido, la educación en México se está transformando bajo una nueva filosofía humanista, pues por un lado en el nivel básico se está cimentando con las bases de la Nueva Escuela Mexicana que busca impulsar el desarrollo humano integral como eje que permita contribuir a fortalecer el pensamiento crítico, el crecimiento solidario de la sociedad, enfatizar el trabajo en equipo y el aprendizaje colaborativo, impulsar la formación para la vida, la vinculación de la escuela con su comunidad, fortalecer el tejido social, fomentar la honestidad e integridad, impulsar el desarrollo en lo social, ambiental, económico, así como promover la generación de capacidades productivas y propiciar una justa distribución del ingreso.
Por otro lado, la educación superior avanza bajo dos ejes principales el primero de ellos la territorialidad de las instituciones de educación superior que de acuerdo con el artículo 8° de la Ley General de Educación Superior la define como “el conjunto de políticas y acciones cuyo propósito consiste en considerar los contextos regionales y locales de la prestación del servicio de educación superior, para contribuir al desarrollo comunitario mediante la vinculación de los procesos educativos con las necesidades y realidades sociales, económicas y culturales de las diversas regiones del país”.
Es decir, las Universidades Públicas deben dejar de ser ajenas a las problemáticas de su entorno, ser capaces de reinventarse hacia lo social, dejar de lado los intereses que buscaban favorecer solo a unos cuantos y reinventar sus procesos académicos, de investigación, innovación y transferencia tecnológica, en favor del bienestar colectivo y no solo a lo que dicta el sector productivo.
En este mismo sentido, con la reforma de 2019 al artículo 3°, la educación superior en México avanza para asegurar la gratuidad y obligatoriedad, no obstante ello representa el reto más grande, pues se apuesta por una estrategia de masificación en la cobertura, la cual deberá de tener como eje principal la inclusión y apoyo a grupos vulnerables principalmente para lograr la universalidad, así mismo se deberán reinventar los procesos de evaluación y medición del impacto que tienen las instituciones de educación superior bajo una perspectiva humanista, todo ello sin dejar de lado la calidad educativa y tomando en cuenta la crisis presupuestal que enfrentan las instituciones de educación superior en el país.
Pero, ¿Por qué es importante el impulsar una educación humanista en la formación profesional como eje transversal?, en primera hay que tomar en consideración que parte de la educación que recibimos aún está en parte influenciada por el conductismo y el condicionamiento operante de Iván Petrovich Pavlov y Burrhus Frederich Skinner, donde mediante el suministro controlado de una serie de factores externos y de estímulos se buscaba producir en el educando reacciones observables, lo cual como consecuencia dejaba de lado las actividades y motivaciones personales al considerarlas carentes de valor, además de limitar la creatividad y no promover la reflexión, es decir reducía al ser humano como un mero mecanismo productor de conductas medibles, un robot carente de humanidad, listo para incorporarse al sector productivo como mano de obra.
Es por ello que el país había evolucionado bajo el paradigma del conformismo, la apatía, el egoísmo y la competencia desleal, pues la rigidez de un modelo educativo mercantilista orientado en aras de beneficiar la ganancia desmedida de unos cuantos, ha desembocado en la pérdida del sentido humano en el profesionista, sin darnos cuenta que el egoísmo humano y su hegemonía sobre otros es lo que produce pobreza, violencia, desigualdad y exclusión.
Debemos entender que son nuestras decisiones las que nos tienen como somos; son las capacidades reprimidas las que mantienen sociedades que nunca logran despegar del subdesarrollo; son las faltas de aptitudes y creatividad las que nos someten a vivir siempre en las fronteras aisladas de las ciencias, el desarrollo científico y la educación.
De ahí la importancia del humanismo, para potenciar los valores humanos, valores que no parten de la realidad externa, sino de la razón misma generada por un espíritu que busca reivindicarse de una sociedad agobiada por el materialismo y los antivalores, debemos entender que el conocimiento humano adquirido es para ponerlo al servicio de la colectividad para beneficiar a nuestra región.
Debemos tener en cuenta que el fin último de la Educación no es el adoctrinamiento, sino la preparación para la vida, no la adquisición de hábitos de obediencia ciega y de diligencia prescrita, sino una preparación para generar un cambio en la realidad de nuestro entorno, ser solidarios con los menos afortunados y poner nuestro conocimiento y desarrollo técnico al servicio de nuestra comunidad pues “la educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” (Paulo Freire).
En la actualidad la educación, gracias al desarrollo de la ciencia y la tecnología, ha exigido la formación de un nuevo ser humano que sea mucho más crítico y reflexivo, para poder comprender su realidad emergente, crear cosas y hacer planteamientos destinados a mejorar nuestro entorno.
Para ello es importante aprovechar la curiosidad innata del ser humano para desarrollar el pensamiento, y no buscar la manera de alienarlo y minimizar los aportes creativos ya que el desarrollo del pensamiento le permite a los seres humanos cuestionar la naturaleza de su situación histórica y social, para leer su mundo, para poder interpretarlo desde su realidad, y a su vez intervenirlo para su beneficio.
Debemos entender que no es posible seguir fragmentando al ser humano y considerarlo como un mero objeto de trabajo y transacción, porque antes de ser profesionistas somos seres humanos que debemos estar orgullosos de nuestras raíces y riqueza originaria.