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Retos y desafíos en México rumbo a la consolidación de la Agenda 2030: Parte 3. Igualdad de Género por: Raúl Martínez

Columna por Raúl Martínez Nava
Lun. 27 de feb., 2023. 03:15 PM
Raúl Martínez Nava
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Retos y desafíos en México rumbo a la consolidación de la Agenda 2030: Parte 3. Igualdad de Género por: Raúl Martínez

La Agenda 2030 en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 Igualdad de Género, plantea a través de 6 metas de aquí a 2030: poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y niñas, eliminar todas las formas de violencia incluidas la trata y la explotación sexual, eliminar prácticas nocivas como el matrimonio infantil, precoz, forzado y la mutilación genital femenina; así mismo, reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados, asegurar la participación plena y efectiva en la vida política y económica femenina, asegurar el acceso universal a la salud sexual y derechos reproductivos de las mujeres.

En este sentido, el Foro Económico Mundial publicó el Índice Global de Brecha de Género que mide desde 2006 las diferencias que existen entre hombres y mujeres en cuatro dimensiones: 1. Participación y Oportunidades Económicas, 2. Logro Educativo, 3. Salud y Supervivencia y 4. Empoderamiento Político,  donde México se ubica en el lugar 31 a nivel global, de un total de 146 países, con 76.4 puntos de 100, donde se señala como  el mayor desafío para las mujeres en el país la igualdad de oportunidades y su participación económica.

Bajo esta perspectiva hay que comenzar señalando  que la tasa de participación laboral en México de los hombres es de 76% mientras que de las mujeres 44%, por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) siendo este de 56%, es decir mientras en promedio 7 de cada 10 hombres participan en la economía, solo 4 mujeres lo hacen, en gran medida por seguir priorizando las labores del hogar.

Otro de los factores más relevantes de acuerdo con la OCDE es la brecha salarial de género, ya que representa uno de los aspectos más importantes de la desigualdad en el país, pues en este sentido de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), para 2022 la brecha de ingresos entre hombres y mujeres fue de 14%, es decir, por cada 100 pesos que recibe un hombre en promedio por su trabajo al mes, una mujer recibe 86 pesos, lo anterior es asociado entre otras causas, principalmente a:

1.) Nivel educativo.

Las mujeres con mayor preparación tienden a alcanzar puestos más altos y en sectores mejor pagados.

2.) Labores del Hogar

Las mujeres dedican más del doble de tiempo que los hombres a actividades no remuneradas, por lo que tienen menos tiempo disponible para trabajar por un ingreso.

3.) Concentración de personas del mismo sexo en ciertos sectores y ocupaciones.

El sector con mayor brecha salarial entre mujeres y hombres fue el comercio, donde las mujeres en promedio ganan 24% menos, es decir, en promedio una mujer ganaba  5 mil 543 pesos mensuales, mientras hombre 7 mil 300 pesos, lo cual toma mayor relevancia si consideramos que este sector emplea al 26% de las mujeres ocupadas, así mismo los sectores de comercio, manufactura y servicios son los que enfrentan las mayores brechas salariales pero además son los que emplean al 95% de las mujeres ocupadas en el país.

4.) La informalidad.

Hasta septiembre de 2020, una mujer que trabajaba en la formalidad ganó, en promedio, 42% más que una en la informalidad, pero 13% menos que un hombre en el sector formal.

De la misma forma, las mujeres por lo anterior enfrentan un mayor reto al tratar de emprender pues tan solo en México existen 5.2 millones de emprendedoras de las cuales solo el 18% se encuentran en la formalidad mientras el 82% restante lo hace desde la informalidad, lo que implica entre otras cosas que su ingreso sea 2.5 veces menor, es decir las emprendedoras formales ganan en promedio 9,535 pesos mensuales en comparación a los 3, 707 pesos de aquellas que están en la informalidad dato alarmante si tomamos en cuenta que el salario mínimo mensual es de  6,223 pesos; así mismo lo anterior origina que la mayoría de las emprendedoras tengan limitadas opciones de acceder a financiamiento y nuevos mercados emergentes, además de que no gocen de un esquema de aseguramiento ante alguna eventualidad o contingencia, lo cual prácticamente las condena a dejar de lado su emprendimiento o vivir en el endeudamiento.

Es por lo anterior que se recalca la importancia de que los gobiernos puedan trabajar en mecanismos que coadyuven para la inclusión laboral de las mujeres, donde éstas  logren tener una calidad de tiempo favorable que les permite el crecimiento personal, acceso al emprendimiento y al trabajo digno, pues hay que tomar en consideración que de no implementar una agenda sustantiva y real para la igualdad entre hombres y mujeres, y de mantenerse la tendencia actual, México tardaría casi 60 años en alcanzar la tasa de participación económica de mujeres promedio de los países de la OCDE.

Otro de los grandes retos es fomentar la creación y aplicación de políticas públicas con perspectiva de género y enfoque en derechos humanos, que puedan contribuir a erradicar todo tipo de violencia, que fomenten las nuevas masculinidades y que impulsen la participación económica de las mujeres, pues en este sentido de acuerdo con el IMCO, si la tasa de participación económica de las mujeres fuera la misma que la del promedio de los países de la OCDE (56% registrada en 2019), para 2030 el país lograría:

El crecimiento del PIB de 15% equivalente a 3.5 billones de pesos adicionales, esto implica también que la inclusión laboral femenina podría sumar 1.4 puntos porcentuales de crecimiento económico al año, un incremento en el ahorro para el retiro y la vivienda de 3.6 mil millones de pesos anuales y un aumento de la recaudación fiscal por impuesto sobre la renta de 2.5 mil millones de pesos anuales.

Así mismo, se debe fomentar la participación de la mujer dentro de las carreras afines a Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas  (STEM por sus siglas en inglés), como medio para eliminar la brecha salarial de género, pues en este sentido  las mujeres que estudiaron carreras STEM, tienden a ganar más y enfrentan una brecha salarial menor de 18% en contraste con 22% para profesionistas de otras áreas, pues a pesar de los beneficios de estudiar estas carreras, solo 13.5% de las mujeres profesionistas son egresadas de estas áreas y solo 3 de cada 10 alumnos matriculados en éstas áreas son mujeres.

No obstante, las Instituciones del sector público y privado deben asumir su responsabilidad y trabajar en mecanismos que aseguren analizar sus propias diferencias salariales y a partir de ello, diseñar políticas para cerrar progresivamente las brechas, así como asegurar la definición de los puestos de trabajo con base en competencias y conocimientos del trabajador, además de garantizar que las remuneraciones sean iguales para hombres y mujeres en todos los puestos de trabajo.

De la misma manera se deben generar e implementar iniciativas desde gobierno, similares a la Ley de Igualdad en las Remuneraciones en Estados Unidos, la cual exige a las organizaciones que los hombres y las mujeres que desempeñen sus funciones en el mismo lugar de trabajo reciban un salario equitativo al desempeñar el mismo trabajo; impulsar la implementación en el sector público y privado de la norma mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 orientada a la igualdad laboral y no discriminación y reducir la tasa de impuesto sobre la renta (ISR) para las mujeres, de forma que se generen incentivos para que más de ellas se sumen a la economía formal.

Pues “El logro de la igualdad de género más que un objetivo, es una condición previa para afrontar el resto de reducir la pobreza, promover  el desarrollo sostenible y la construcción de un buen gobierno” (Kofi Annan, premio nobel de la paz 2001). 

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