Después del Cáncer de pulmón, el Cáncer de próstata es la segundo cáncer más frecuente entre la población masculina, cada año se detectan más de 25 mil casos y fallecen 7 mil 500 debido a que el 40 por ciento son diagnosticados en etapa metastásica, por lo que este padecimiento es la primera causa de muerte entre los hombres mexicanos, informó el doctor Arquímedes Díaz Parra, coordinador de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
Detalló que, este padecimiento se identifica en los varones en etapas avanzadas, en gran parte a los tabús o prejuicios de realizarse revisiones médicas en edades tempranas y sobre todo por una menor cultura de llevar a cabo chequeos preventivos, por lo que se invita a toda la población a realizarse la detección oportuna, y si fuera necesario, recibir apoyo de salud mental.
De acuerdo con las estadísticas publicadas por Secretaría de Salud, en México 65% de los casos de cáncer de próstata se detectan cuando el varón ya es mayor a los 65 años de edad.
“Ayudaría mucho que familiares y amigos instaran a quienes cumplen 40 años o más, a acudir al médico por lo menos una vez al año para un chequeo general y con mayor razón si hay antecedentes familiares con cáncer de próstata, además, la detección oportuna genera un rango de 98 por ciento de sobrevivencia, sin embargo, cuando el padecimiento se detecta en etapas posteriores, el porcentaje de sobrevivencia se reduce a 30 por ciento”, detalló el especialista.
Algunos síntomas de alerta son: flujo de orina débil o con intervalos; deseo repentino de orinar y aumento en su frecuencia en las noches; así como dificultad para iniciar la emisión y vaciar la vejiga; ardor o dolor durante la micción; presencia de sangre en la orina o en el semen; dolor en la espalda, cadera o pelvis, los cuales no deben ser pasados por alto y se recomienda acudir al médico de forma inmediata.
Dentro de los factores de riesgo, se encuentran los antecedentes familiares de cáncer de próstata; problemas de sobrepeso y obesidad; hábitos tabáquicos y consumo de bebidas alcohólicas en exceso; padecer alguna enfermedad inflamatoria; malos hábitos alimenticios y el alto consumo de carnes rojas y productos lácteos; no hacer ejercicio o actividad física.
“Se recomienda acudir a Medicina Preventiva o PrevenIMSS de su Unidad de Medicina Familiar y solicitar un chequeo general por lo menos una vez al año, así como adoptar estilos de vida saludable con formación de hábitos para una buena alimentación y la práctica habitual de ejercicio”, finalizó el coordinador.
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