Toda persona física o moral que quiera realizar una obra o actividad de construcción y operación está obligada a realizar un estudio de Impacto Ambiental para obtener la autorización y poder llevarlo a cabo, un tema fundamental dentro de un Manifiesto de Impacto Ambiental y que finalmente es el resultado tanto de la elaboración como de la evaluación son las Medidas de Mitigación que según la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente en su Reglamento en Materia de Impacto Ambiental son un conjunto de acciones que deberá ejecutar el promovente para atenuar los impactos y restablecer o compensar las condiciones ambientales existentes ante la perturbación que se causará con la realización de un proyecto en cualquiera de sus etapas.
Dichas medidas se pueden clasificar como; preventivas que son encaminadas a evitar los efectos negativos al ambiente, de remediación que ya contrarrestan los impactos negativos causados, de compensación para los impactos irrecuperables e inevitables, estas últimas ayudan a la recuperación y conservación del medio ambiente; entre otras medidas que son encaminadas a disminuir el efecto negativo de la construcción de un proyecto que inevitablemente causa impactos tanto negativos como positivos, no solo en un tiempo específico si no a través de los años de operación y continuo mantenimiento.
Estas medidas no son negociables, vienen condicionadas tanto en el Manifiesto de Impacto Ambiental, en cualquiera de sus modalidades, como en su Oficio Resolutivo, una vez se haya finalizado su evaluación; aunque siempre son analizadas, enfocadas y personalizadas a cada proyecto, es importante analizar el entorno donde se construye, las características de la obra, el paisaje y circunstancias ambientales y legales del entorno (Áreas Naturales Protegidas, Unidad de Gestión Ambiental en la que se distribuye en los Ordenamientos Territoriales), no solo de la zona de construcción del proyecto si no en el área de influencia directa, así como las áreas naturales propensas a conservar, y sin olvidar lo más importante las posibilidades económicas del proyecto y el promovente, hay que aterrizar hasta donde podemos encausar de manera objetiva la medida de mitigación para no rebasar el presupuesto para la partida ambiental.
Adentrándonos un poco en las medidas de mitigación, estas son bastas y como lo mencione anteriormente son personalizadas a cada obra. Sin embargo podemos citar a manera de ejemplo desde las más básicas y generales como lo es la vigilancia y supervisión ambiental en toda obra para que un especialista en el tema le de acompañamiento sobre todo en la preparación del sitio y construcción de la obra para que la toma de decisiones sea certera; por ejemplo; en el caso de encontrar una especie de reptil en las actividades de preparación del sitio poder capturarlo y reubicarlo a una zona segura, en caso de tener que remover unas plantas silvestres susceptible a ser reubicadas para asegurar su supervivencia, así como la estricta vigilancia a la seguridad de los trabajadores; entre otros muchos beneficios que trae tener un experto ambiental en la obra.
La Ecotecnología es otro punto medular aplicable en obra, ya que estas instalaciones, productos, servicios y accesorios cada día van mejorando la calidad de vida de los seres humanos, de igual forma hacen más económica la propia operación del proyecto y lo más importante que su aplicación va encausada a la disminución del Calentamiento Global; ejemplos claros los vemos aplicados en la construcción de viviendas, desde focos ahorradores, paneles y calentadores solares, iluminación ecológica, regaderas y sanitarios ahorradores de agua, sistema de captación de agua pluvial; etc.
Azoteas y muros verdes, medida de mitigación tan noble y flexible que brinda una serie de beneficios para el ecosistema, aplicables a cualquier obra, desde equipar el techo de una oficina, colocar un muro verde en una caseta de vigilancia, o tan simple como dejar que una planta trepadora embellezca la malla perimetral de tu proyecto, hasta un sofisticado Roof Garden muy verde con plantas que prestan servicios ecosistémicos que atraen a los polinizadores y un huerto orgánico.
Tenemos un amplio abanico de medidas muy específicas y de alta utilidad, sobre todo cuando las condiciones ambientales lo ameritan, por ejemplo la adecuación de obras de drenaje como pasos de fauna, habilitados a lo largo de trayectos carreteros, con colindancias en buen estado de conservación, dichos pasos pueden ser para reptiles, anfibios, mamíferos de pequeña o mediana talla, túneles para murciélagos, malla ciclónica en ciertos puntos de cruce de animales y señalética para indicarle a los automovilistas la distribución de fauna a lo largo del trazo carretero, la velocidad permitida y el cruce constante de animales para evitar en todo momento el atropellamiento de fauna.
Aunque son muy bastas las medidas de mitigación aplicables a cualquier obra, finalizo con una de mis básicas, importantes, favoritas y no negociables: la reforestación y equipamiento de áreas verdes, este punto es obligatorio a cualquier obra, ya sea a llevar a cabo en el polígono de la obra, en caso de no contar con un área destinada (ejemplo bodegas en zonas industriales), pero si en el área de influencia directa (ejemplo en un cuerpo de agua o área verde cercano a la obra), o en caso de ser necesario en una Área Natural Protegida; en el caso de la zona centro de Tlaxcala o cualquier municipio, podemos incentivar la reforestación de parques y jardines, con árboles ornamentales nativos, frutales y plantas para polinizadores que atraen insectos como mariposas, abejas, avispas y aves que promueven la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y la educación ambiental y el embellecimiento de cualquier lugar.
Establecer y equipar un área verde en el polígono de la obra puede no solo ayudar al ambiente sino también a la planta laboral, habitantes o usuarios del proyecto, otorgando la posibilidad de contemplar un paisaje ecosistémicamente funcional. Este punto es medular en el Oficio Resolutivo, donde generalmente es condicionada la Autorización de la obra a que se realice una donación de árboles forestales que van directo a zonas protegidas, en el caso de Tlaxcala tenemos El Parque Nacional La Malinche a donde se destinan todos los recursos para su protección y conservación.
En un próximo artículo me gustaría adentrarnos más en esta última medida de mitigación, que nos ayudará a integrar especies nativas a las áreas verdes del Estado para convertir estas en ecosistemas funcionales y biodiversas, lo cual también podría establecerse en espacios y jardines públicos, que no sean solo un capricho visual o una moda, si no también se disminuya sustancialmente el costo de mantenimiento de áreas verdes y ajardinadas.
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