Estos soldados ya han escalado volcanes y resistido temperaturas bajo cero. Han enfrentado el mal de montaña, la hipotermia y aprendido cómo atenderlos. Dominaron descensos verticales y cada técnica de supervivencia necesaria para cumplir su misión en las montañas.
Después de conquistar el Nevado de Toluca, el Ajusco y el Iztaccíhuatl, ahora enfrentan su reto mayor: la cumbre más alta de México, el imponente Pico de Orizaba, el Citlaltépetl.
Son fusileros paracaidistas del Ejército mexicano, y este es el último desafío antes de culminar su Curso de Operaciones de Alta Montaña y Búsqueda y Rescate. Cada uno de los 23 elementos estaba decidido a superarlo.
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