Daniel tiene 23 años y comenzó a peregrinar hacia la basílica de la Virgen de Guadalupe desde que tenía 8 años, a los 13 años comenzó a hacerlo en bicicleta y lo ha hecho cada año, a pesar de tener una afección en el corazón, no ha dejado de asistir a visitar a la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.
El único año que no ha asistido a visitar a la virgen morena ha sido en 2020, cuando debido a la pandemia, fueron cerradas las puertas de la basílica y se prohibió la entrada para evitar los contagios.
"Le debo mi salud y muchas cosas más", señala.
Cada año Dani, como es conocido, sale junto a un contingente de 80 personas la madrugada del 9 de diciembre, acompañados de un tráiler que lleva a los familiares de quienes peregrinan en bicicleta y uno o dos autos que auxilian a los peregrinos en caso de que se descomponga su bicicleta o bien en caso de algún percance.
Esta peregrinación que parte de los limites de Puebla y Tlaxcala es organizada por una familia que hace 20 años recibieron el milagro de la salud de su hijo quien había enfermado.
Ahora, año tras año, se encargan de organizar la peregrinación, pone el trailer y la comida para los peregrinos, en años anteriores incluso les daban uniformes, pero derivado de la precariedad económica que ha dejado la pandemia, este año no fue posible.
En esta peregrinación se multiplican historias de agradecimiento a la morenita del Tepeyac como es conocida también la Virgen de Guadalupe.
Junto a esta peregrinación asiste Juan quién lleva 25 años visitando la basílica de Guadalupe, para cumplir su manda.
Y es que prometió visitar a la Virgen cada año, después de haberse recuperado de un terrible accidente automovilístico que le habría dejado diversas fracturas en el cuerpo, cuando aún era joven, comenzaba una familia y tenía hijos pequeños.
Por lo que le pidió a la virgen vivir y poder ver crecer a sus hijos, tras haber obtenido la contestación a sus plegarias, cumple su manda cada año y se acerca a la basílica de rodillas, con el apoyo de su esposa quien lo acompaña en su recorrido de aproximadamente 7 horas desde el punto en donde alcanza a dejarlos el tráiler junto a los demas peregrinos y hasta que llega a la basílica.
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