La sal (sodio) y el azúcar (glucosa) son necesarios para el buen funcionamiento del organismo. La primera es útil en el mantenimiento de la presión de la sangre y de los fluidos extracelulares y el segundo proporciona la energía que el organismo necesita para trabajar adecuadamente, informó la licenciada Xóchitl Juárez Guzmán, coordinadora de Nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tlaxcala.
Detalló que ingerir en exceso estos componentes de la dieta puede traer diversas complicaciones en corazón, riñones, páncreas y en la microcirculación, además de estar ligados a padecimientos crónicos.
“Es necesario que los padres de familia y tutores que tienen a su cargo menores de edad, inicien con la formación de hábitos alimenticios y propicien estilos de vida saludable desde la primera infancia, que comprende el periodo que va desde el nacimiento hasta los ocho años de edad, porque durante esta etapa, es cuando los niños reciben una mayor influencia de sus entornos y contextos”, subrayó la especialista.
El excesivo consumo de sal puede ocasionar retención de líquidos, lo que conlleva aumento de peso; esto obliga al hígado, riñones y corazón a trabajar por encima de sus niveles normales y tiene repercusiones importantes sobre el sistema cardiovascular, ya que el consumo desmedido de sodio eleva la presión arterial y ocasiona enfermedades renales, hepáticas e insuficiencia cardiaca.
“Es preciso dejar el consumo de sal que se encuentra en productos enlatados, ultraprocesados, empaquetados, así como en la comida rápida, repostería y carnes frías; en su lugar se puede optar por utilizar sustitutos, como sal marina no tratada y consumirla en menor proporción que de manera paulatina, e incluir frutas y verduras frescas en la dieta diaria”, precisó la coordinadora.
Señaló que algunas personas llegan a consumir hasta 11 gramos de sal al día, es decir, más del doble de la recomendación de cinco gramos. Respecto al consumo de azúcar, la porción ideal varía de acuerdo con la condición y estado de salud de cada persona; no obstante, es común que la población se exceda en el consumo de la misma”, subrayó la Nutrióloga.
Advirtió, que este comportamiento en las personas ha sido la causa del incremento en el número de pacientes que presentan enfermedades degenerativas como hipertensión y diabetes, padecimientos que además se registran a edades cada vez más tempranas.
“Al ingerir grandes cantidades de azúcar de forma prolongada da como resultado altos niveles de glucemias, condición que al mantenerse por mucho tiempo, puede causar daños en riñón, corazón, páncreas y ojos, entre otros órganos”, subrayó la especialista.
Asimismo, mencionó que el consumo elevado de azúcares es la principal causa de la hipertrigliceridemia, que se refiere a la alteración de las grasas o lípidos del organismo y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
“Es recomendable que los padres de familia y tutores, acudan con los menores de edad a los módulos de PrevenIMSS, para que reciban una orientación sobre las cantidades idóneas del consumo en sal y azúcar de acuerdo con su peso, talla, edad y estilo de vida”, puntualizó Juárez Guzmán.
Además, exhorto a toda la población derechohabiente, acudir a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) que les corresponde, para que su médico familiar los refiera al área de Nutrición y Dietética, donde recibirán una dieta personalizada y orientación sobre su estado de salud.
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