Las siglas no son garantía de un buen gobierno, cercano y respondiente a las necesidades de la gente que brinda su voto con la ilusión de tener mejores condiciones de vida.
Quienes están cerca dice que los toman las decisiones al interior de Morena, marca comercial que está en el ánimo del electorado, han comenzado a pensar que, bajo la experiencia que han tenido con sus representantes en el Congreso y las presidencias municipales, deben reconsiderar la designación de sus candidatos.
Elegir a los mejores perfiles, que si tengan tatuado los preceptos de Morena de no robar, no mentir y no traicionar, debe ser su prioridad, debido a que sus representantes actuales han dejado mucho que desear.
Diputados que son calificados de "blandengues" por los ciudadanos cuyas acciones responden sólo a sus intereses políticos, personales y económicos, que dejan de lado las causas de las necesidades de las comunidades que dicen representar.
Presidentes municipales incapaces de generar diálogo con sus gobernados, que generan beneficios pero para sus familiares, amigos y allegados, manejando en el rincón de la oscuridad los recursos públicos, hecho que ha desatado la inconformidad de los pobladores.
Para muestra están varios casos, entre ellos los municipios de Amaxac, Contla, Yauhquemehcan y Panotla.
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